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Domingo, 31 de agosto de 2003

EL BAúL DE MANUEL

Inventos I. Inventos II

Inventos (I)
Un país que no cultiva su memoria se arriesga a cometer tonterías, tales como andar sin rumbo o tropezar dos veces con la misma piedra. “En el país de Nomeacuerdo, doy dos pasitos y me pierdo”, decía M. E. Walsh. O en aquel discurso de Nicolás Avellaneda, acerca de los pueblos que olvidan su historia y quedan condenados a repetirla. En un país desmemoriado, tiene cabida aquel personaje del “chanta”, creado por Fidel Pintos, que para sobresalir en una efímera charla de café expresaba: “ésa la inventé yo”. En el Nº 696 de CASH, pág. 3, un destacado economista dice: “Mi gran pecado es haber sido el inventor de la carrera de Economía” y se aclara: “ésta comenzó a dictarse en 1959 en la UBA”. Ese año yo merodeaba por la Facultad de Ciencias Económicas buscando definir una carrera, y recuerdo que me dieron un folleto verde –que aún conservo– sobre el Plan E, que con gran detalle y referencias históricas describía las tres carreras en que se dividía el anterior plan de estudios, conocido como Plan D. La Comisión de Plan de Estudios que elevó el nuevo ordenamiento curricular el 16/10/58 la integraban la Dra. Rosa Cusminsky, el Dr. William Leslie Chapman, el Dr. Elías A. De Cesare, el Dr. Guillermo Díaz, el Dr. Enrique García Vázquez, el Sr. Alfredo O’Connell, el Dr. Enrique J. Reig y el Sr. Héctor B. Wencelblat. La Comisión del Consejo Directivo que aprobó el 10/12/58 el nuevo Plan la integraban Oscar Altimir, Rosa Cusminsky, Guillermo Díaz, Rodolfo Duffy, Enrique García Vázquez, Alfredo O’Connell, Enrique Reig, Luis Schvartzer, Fausto Toranzos y Carlos L. García. Ya estaban integrados a la Facultad docentes que habían desarrollado en grandes universidades del exterior estudios de excelencia, luego de haber cursado en la misma universidad con Raúl Prebisch, como José A. Gomariz (Harvard), Norberto González y Samuel Itzcovich (Londres), Federico J. Herschel (Columbia) y Aldo Ferrer (Naciones Unidas). No se trataba de personajes dispersos, en busca de un inventor. Se habían insertado en las asignaturas ya existentes, porque la Economía Política ya se enseñaba desde largos años atrás. Por ejemplo, la materia Economía II (plan D), que enseñaban Julio H. G. Olivera y José A. Gomariz, en el Plan E se desdobló en tres materias: Dinero, Crédito y Bancos (a cargo de Julio H. G. Olivera), Economía Internacional (José A. Gomariz) y Fluctuaciones Económicas (César A. Piana).

Inventos (II)
De hecho, la enseñanza de Economía la inventó Rivadavia, en 1812, aunque sin universidad, ni docente, ni sueldo, ni texto, ni alumnos. Luego de conocer, con Belgrano, a los economistas ingleses de 1815, la creó efectivamente el 28/11/1823, estableciendo al de James Mill como texto y confiándola al doctor Pedro José Agrelo. El citado actuaba en paralelo con J. M. Fernández de Agüero, quien también dictaba Economía Política en la cátedra de Ideología, según Destutt de Tracy. A Agrelo le sucedió Dalmacio Vélez Sarsfield, y luego Fernández de Agüero, hasta 1830 en que Rosas suprimió la enseñanza. Restaurada tras Caseros, enseñaron en la cátedra Clemente Pinoli, Nicolás Avellaneda, Manuel Zavaleta, Vicente Fidel López, Emilio Lamarca, Luis Lagos García, Félix Martín y Herrera, Marco M. Avellaneda y Juan José Díaz Arana. Hasta que en 1910 el Ministerio de Educación creó el Instituto de Altos Estudios Comerciales, que ofrecía dos carreras: Contador Público y Licenciado en Ciencias Económicas. Esa institución, con sus docentes y pertenencias materiales, creó, en octubre de 1913, la actual Facultad de Ciencias Económicas. También se cambió el plan de estudios, no extinguiendo la Licenciatura sino fusionándola con Contador, claro que al precio de suprimir algunas materias, como Etica. Además, se juntó el grado profesional y el académico. Todo en una sola carrera, el “Doctorado en Ciencias Económicas”. Ese, si hubo alguno, fue el “gran pecado”, porque quien quería ser Contador lo lograba con sólorendir 7 asignaturas, y quien quería ser Economista debía estudiar una variedad de asignaturas innecesarias. Con todo, tuvo excelentes profesores de economía. El profesor de Transportes y Tarifas, Sánchez de Bustamante, descubrió la curva de ingreso marginal, generalmente atribuida a Harrod, Yntema y J. Robinson. El profesor de Estadística, Hugo Broggi, fundamentó por primera vez la existencia de la función de utilidad. Asimismo produjo graduados notables, como Raúl Prebisch, de resonante trascendencia mundial; o José Barral Souto, anticipador, según Leontief, del método de programación lineal. En 1945 Raúl Prebisch reclamó vehemente que se desdoblara la gran carrera en otras tres: Contador, Economista y Actuario. Sólo se avanzó en crear, en 1953, una Licenciatura en Economía, como posgrado de Contador Público.

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