FINANZAS › FUERTE DERRAPE DE LAS COTIZACIONES DE ACCIONES Y BONOS
Las cañoneras de la city
La tensión con el FMI y el estancamiento de las negociaciones con los acreedores encendieron luces de alarma en el recinto. Más allá de la histeria, existe un escenario financiero favorable.
Por Claudio Zlotnik
En el casino planteado por Néstor Kirchner en su discurso criticando a los acreedores en default se están haciendo apuestas. Y si el imaginario croupier vociferara el clásico “¡¡No va más!!”, quedaría claro que la mayoría de los operadores de la city supone que se vienen tiempos turbulentos en la plaza local. La relación con el Fondo Monetario y con los países más poderosos volvió a tensarse. Los financistas se asustaron y se desató una ola de ventas de los mismos activos que hasta hace un par de semanas los atraían.
Ahora ya no existen las cañoneras de principios del siglo pasado, que los acreedores enviaban a las costas de los países endeudados. La amenaza era directa y si no se pagaban las deudas, los morteros empezaban a sonar. Ahora no hay riesgo de invasión terrestre, otra de las maneras que se estilaba en el pasado para cobrar. Existen otros métodos más civilizados que también son efectivos.
Ni siquiera los economistas más ortodoxos de la city creen que la puja con el FMI y el G-7 por la renegociación de la deuda puede tener implicancias negativas en la economía real, al menos en el corto plazo. No es la primera vez que la tensión aumenta en la relación entre la Argentina y los grupos de poder en los últimos dos años. Pero los corredores hicieron una lectura más alarmista de la cuestión y se desprenden de acciones y títulos públicos emitidos después del default ¿Qué hacen los inversores cuando hay turbulencias? Se refugian en el dólar, que es el referente tradicional cuando existe incertidumbre. De hecho, en las últimas jornadas se notó una mayor demanda de billetes verdes.
Pero si se indaga más allá de la histeria que invade a los operadores, lo cierto es que existen razones para pensar en un escenario financiero sin demasiadas alteraciones. Existe artillería para repeler una ofensiva.
n El Banco Central tiene 15.000 millones de dólares de reservas para frenar cualquier ola especulativa.
n Todavía existen barreras a la compra de divisas, no más de un millón de dólares mensuales, lo que también le pone límites a la especulación. Incluso, aún persiste un control light de capitales que acota la fuga de divisas hacia el extranjero.
n La liquidez de los bancos también es notable: disponen de unos 12.000 millones de pesos. Ese es el monto que supera las exigencias de encajes (inmovilizaciones) sobre los depósitos.
El contexto internacional también juega a favor de la Argentina:
n A pesar de las advertencias de Alan Greenspan, la tasa de interés internacional se mantendrá muy baja a lo largo del año. Dos razones: la FED no suele cambiar de política en los años electorales como el actual y, desde lo económico, una suba de la tasa podría derivar en deflación, un escenario que Greenspan quiere evitar por el temor a la recesión.
n Precios de los granos en niveles elevados.
n Una economía que crece con fuerza tras el desplome.
n El interés de los fondos internacionales por invertir en mercados con mayor potencialidad para hacer ganancias. En este sentido, la llegada de inversiones desde el extranjero recién es incipiente en la plaza local.
Después de la crisis profunda, la Argentina parece tener todo a su favor para crecer. Las cañoneras son ahora armas de museo. No así las clásicas recetas del apriete.