FINANZAS › PANORAMA ALENTADOR DE LA SITUACIóN PATRIMONIAL DE LOS BANCOS
El tiempo cura heridas
Las entidades privadas terminaron el 2003 con un resultado mensual positivo. Esto muestra que la resistencia a los lobbies es la mejor estrategia del Estado en situaciones de crisis.
Por Javier Artig
Del mismo modo que con las privatizadas, el sistema financiero se va recuperando del colapso mucho más rápido de lo que se estimaban. Después de la salida traumática de la convertibilidad, las compañías que pasaron a manejar las empresas públicas de servicios se lanzaron con voracidad a reclamar aumentos de tarifas. Mostraban sus balances en rojo, quebranto producido por la disparada del dólar que llegó a tocar los 4 pesos en esas jornadas turbulentas. Luego, con un tipo de cambio estable empezaron a registrar saldos positivos en sus ejercicios económicos. Más importante aún es que durante esos dos años de crisis profunda la mayoría de las privatizados pudieron mantener utilidades operativas. O sea, que una suba de las tarifas hubiera sido una compensación inoportuna e injusta. Recién ahora, con un cuadro económico en vía de normalización, se puede empezar a analizar con tranquilidad nuevas reglas de juego con esas compañías. Con los bancos, la situación fue muy parecida.
Con el corralito y posterior devaluación las entidades se lanzaron a reclamar millonarias compensaciones y hasta el canje compulsivo de depósitos por bonos. El posterior desarrollo de los acontecimientos reveló que esas estrategia hubiese sido asumir un costo monumental, aún mayor del ya de por sí elevado que se asumió, para el resto de la sociedad. De acuerdo al último informe sobre Bancos, elaborado por técnicos del Banco Central, la evolución del sistema durante el año pasado y las perspectivas para éste reflejan un panorama alentador. Por caso, la rentabilidad de los bancos privados fue positiva en diciembre último, con una ganancia de 240 millones de pesos.
Esto prueba que la mejor política de un gobierno es la paciencia y su capacidad de resistencia a los lobbies. Si bien el sistema financiero ha tenido mejor suerte que las privatizadas, puesto que obtuvieron diversas compensaciones, no consiguieron todo lo reclamado. No recibieron por ahora compensaciones por el pago de amparos judiciales abonados al tipo de cambio libre. Ni pudieron transferir al Estado todo el costo del corralito con el canje compulsivo. Por lo pronto, apenas el 7 por ciento del total de las colocaciones siguen inmovilizadas mediante Cedros, equivalente a unos 4300 millones de pesos.
Aunque parezca un juego de palabras los bancos tienen que empezar ahora a aprender a ser bancos. O sea, captar depósitos y prestarlos a tasas que convoquen a particulares a empresas a animarse a endeudarse. Para ello, las entidades deberán aceitar sus estructuras del departamento de crédito para evaluar proyectos de inversión, tarea que durante los ‘90 fue bastante mediocre debido a que era más fácil prestarle al Estado y a los particulares.