FINANZAS › AUMENTO DEL CRéDITO PARA SECTORES PYMES
La decisión del Banco Central de que los bancos presten el 5 por ciento de su cartera de depósitos para la producción, y de ese total, la mitad vaya a pymes, empezó a cambiar el panorama del financiamiento para estas compañías.
› Por Cristian Carrillo
Los préstamos otorgados a pequeñas y medianas empresas aceleraron su tasa de crecimiento en el segundo semestre del año pasado, al exhibir su mayor variación interanual desde agosto último. Este segmento superó incluso el desempeño de crédito con destino a personas físicas y grandes empresas. La participación del crédito hacia el sector pyme pasó de representar entre 15 y 16 por ciento de los nuevos préstamos en el segundo trimestre de 2012 a explicar el 20 del total de los montos otorgados, según el último relevamiento realizado por el Banco Central. La revitalización de este segmento crediticio –con excepción de algunas entidades– respondió a los objetivos concretos que les impuso la autoridad monetaria a los bancos para que vuelquen mayores recursos al sector productivo y principalmente a las pequeñas empresas.
La salida de la Súper Card para la compra en cadenas de supermercados esta semana generó fuertes resistencias de parte del sector financiero, que no quiere perder la hegemonía de su principal negocio: el crédito al consumo. El lanzamiento surge en respuesta –o ante la falta de respuesta– del sector financiero que mantiene altas comisiones por el servicio de las tarjetas a los supermercados, superiores a las que estos mismos bancos cobran en otros países de la región.
Desde la crisis socioeconómica de 2001-2002 los bancos se focalizaron en mantener una estructura de negocios más transaccional, con ganancias en concepto de intereses por refinanciación de saldos en tarjeta, tenencia de títulos públicos y por préstamos personales.
La intermediación –calzar los depósitos con nuevos créditos– sigue evidenciando cierto rezago. Esto llevó al Banco Central a imponerles la condición de prestar un piso de 5 por ciento de sus carteras al sector productivo, a una tasa del 15 por ciento anual y para plazos promedio de tres años, mientras que la mitad de las nuevas colocaciones deberán tener como destino el segmento de la micro, pequeña y mediana empresa. Esta medida también fue resistida bajo el argumento de que erosionaría los balances de los bancos. La rentabilidad del sector pasó de 8980 millones de pesos en 2011 a 12.086 millones el año pasado, de acuerdo con el Central.
Esta ganancia –pese a los análisis agoreros del establishment financiero– fue a la par de una mejora en el acceso de las pymes productivas al crédito bancario, pese a que todavía es insuficiente. Según el último informe sobre el impacto de la Línea de Crédito Productivo, los montos otorgados a pymes explicaron el 35 por ciento de los préstamos a personas jurídicas (empresas) en el tercer trimestre 2012. “Hasta la aplicación de la Línea Productiva representaban menos del 30 por ciento de estos préstamos”, señalan desde el ente monetario que conduce Mercedes Marcó del Pont.
Los créditos a empresas con un plazo de amortización de tres años y más aumentaron alrededor de 10 puntos porcentuales en su participación, al alcanzar a explicar el 16 por ciento del total en el cuarto trimestre. En el cuarto trimestre los préstamos otorgados a empresas crecieron a tasas muy superiores a las de los trimestres anteriores, en especial aquellos otorgados a tres años y más de plazo de amortización que tuvieron un alza interanual de casi el 300 por ciento. Los datos excluyen a los adelantos en Cuenta Corriente.
El cupo de esta línea para este año será calculado sobre el saldo a fin de noviembre de 2012 conforme al Régimen Informativo Contable Mensual. El 50 por ciento como mínimo de esos montos deberá ser otorgado a micro, pequeñas y medianas empresas. Los proyectos de inversión contemplan la adquisición de bienes de capital y la construcción de instalaciones necesarias para su producción o comercialización. La tasa nominal anual fija, que el año pasado fue de 15,01 por ciento, este año se ajusta a 15,25 para un mínimo de 36 meses. Finalizado ese plazo, podrá aplicarse una tasa variable que no debe exceder la Badlar –de depósitos mayoristas– en pesos más 400 puntos básicos. Las financiaciones deberán estar acordadas en su totalidad al 30 de junio próximo, o de manera escalonada antes de diciembre
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