La emisión monetaria se ha vuelto una obsesión discursiva del nuevo equipo económico. El titular del Banco Central, Federico Sturzenegger, asegura en cada uno de sus presentaciones en público que la macroeconomía sólo puede reordenarse para alcanzar los objetivos de desarrollo de largo plazo si la entidad aplica prudencia en la política monetaria y evita financiar con emisión los gastos del sector público. Pero en la práctica las necesidades de financiamiento del Gobierno, que no redujo el desequilibrio fiscal sino que realizó una redistribución de recursos a partir de la quita de retenciones, Ganancias para una minoría de trabajadores formales y el recorte de los subsidios, requieren la emisión del Central para financiar las cuentas del Tesoro. Sólo en marzo le giró adelantos transitorios y utilidades por 40.476 millones de pesos, cuando en todo 2015 la cifra había acumulado 158.884 millones.

“La política monetaria se convirtió (en los últimos años) en la principal fuente de financiamiento del desequilibrio fiscal y se dejó a un lado su responsabilidad primordial en la preservación del valor de la moneda, abandonando esencialmente a su suerte a los tenedores de pesos”, dijo el funcionario en un reciente evento realizado por Bloomberg. Insistió que “tal como se afirmó en el discurso de asunción del 14 de diciembre pasado, una de las tareas primordiales de la nueva gestión apunta a volver a enfocar el accionar de la institución en los objetivos prioritarios que le plantea su Carta Orgánica. En particular, el de velar por la estabilidad monetaria”.

Un informe diario del Banco Central al que accedió Cash evidenció que, pese a las declaraciones del titular de la entidad, la emisión para cubrir los desbalances del sector público continúa siendo fuerte debido a los giros realizados el mes pasado. El documento precisa que el 17 de marzo se transfirieron al Tesoro 5000 millones de pesos en concepto de Adelantos transitorios, mientras que un día después se giraron otros 5300 millones. Además el 23 de marzo se emitieron para cubrir el déficit fiscal 15.000 millones en concepto de utilidades y el 31 del mismo mes otros 15.176 millones. De este modo, la entidad monetaria ayudó a cubrir el desequilibrio fiscal con más de 40.000 millones de pesos en un solo mes, monto que equivale a casi la tercera parte del total transferido el año pasado.

Las transferencias de marzo agregan presión al Banco Central para cumplir con la meta del programa monetario. “Este año hemos acordado con el Ministerio de Hacienda y el propio presidente de la Nación una transferencia anual de 160.000 millones de pesos alrededor de 2 por ciento del PIB”, precisó Sturzenegger. En un solo mes, ya transfirió el 33 por ciento de lo pautado para todo 2016. Será relevante observar de dónde saldrá el financiamiento para cubrir el bache fiscal de los próximos meses, cuando se deberán pagar jubilaciones y remuneraciones del sector público actualizadas por inflación. En conjunto esos dos renglones representan el 45 por ciento del gasto primario. Las estimaciones del mercado, que fueron aceptadas por los propios funcionarios de la cartera a cargo de Prat Gay, indican que el rojo fiscal este año será de 4 o 5 puntos del PBI. Por lo tanto, el Tesoro necesitará al menos otros 300.000 millones de pesos para cerrar las cuentas del presupuesto en los próximos meses.