En Paraguay, a los argentinos se los suele denominar curepí, palabra guaraní que recuerda una histórica masacre. Entre 1865 y 1870 una coalición integrada por argentinos, brasileños y uruguayos arrasó Paraguay en lo que se conoce como la Guerra de la Triple Alianza. Una población de 1,3 millón de personas quedó reducida a 200 mil, de las que apenas 28 mil eran hombres, la mayoría niños. “La guerra concluye porque hemos matado a todos los paraguayos mayores de 10 años”, afirmó Sarmiento con honestidad brutal cuando ordenó el alto el fuego. Curepí significa “piel de chancho”, y era el material de las botas que utilizaron entonces los soldados argentinos. Pasaron 137 años, pero el sentimiento que esa palabra expresa sigue vigente. En el país vecino son muchos los que ven a Argentina y Brasil como la causa de sus males. Eso explica el fuerte rechazo que generan el Mercosur y los tratados bilaterales de Itaipú y Yacyretá.

El 28 de junio pasado, día de la inauguración de la reciente Cumbre del Mercosur realizada en Asunción, el diario ABC incluyó como única noticia de tapa un editorial donde acusaba a Argentina y Brasil de aplicar “políticas de neocolonialismo” para apoderarse de los recursos hidroeléctricos del río Paraná. “El Paraguay debe recuperar la soberanía nacional sobre sus recursos energéticos e independizar el control de la energía eléctrica generada en Itaipú y Yaciretá de la pretensión imperialista que están mostrando desvergonzadamente Argentina y Brasil”, destacó el diario más leído de ese país. La nota causó revuelo entre los funcionarios de los distintos países presentes en el cónclave.

ABC, diario sensacionalista de derecha, reivindica al general Lino Oviedo y al precandidato presidencial de la oposición, el ex obispo católico Fernando Lugo, quien tiene grandes chances de acceder al gobierno el año próximo. El propio Lugo se manifestó a favor de la revisión de los tratados de Itaipú y Yacyretá. “Paraguay quitó pocos frutos de estos dos tratados internacionales. Se debería tomar conciencia de que nuestro país merece más, está pidiendo lo justo, cuando se trata de renegociar el tratado y tener los beneficios que las demás naciones tienen”, aseguró unos días antes de que diera comienzo la Cumbre. El mismo planteo le hizo al presidente Kirchner en el breve encuentro que tuvieron cuando viajó a la Argentina. En caso de ganar la elección presidencial, Lugo podría seguir los pasos de Evo Morales, quien al asumir como presidente de Bolivia forzó una renegociación de los contratos petroleros con las principales multinacionales y del precio del gas con Argentina y Brasil.

Quienes impulsan la revisión de los tratados sostienen que fueron firmados por el dictador paraguayo Alfredo Stroessner, lo que invalidaría su legitimidad. Además, en el caso de Yacyretá, cuestionan el monto de la deuda reclamada por Argentina (10.885 millones de dólares) y la quita preacordada a cambio de la venta anticipada del 42 por ciento de la energía que produce la central a precio de costo durante 42 años. “La ciudadanía debe rechazar este nuevo intento de fraude y traición a la patria con la esperanza de que un nuevo gobierno en el 2008, capaz, honesto, nacionalista y patriota, comience a investigar exhaustivamente los robos, las malversaciones, sobornos y componendas que se hayan cometido”, señaló ABC el pasado 10 de mayo. El diario se ha convertido en una tribuna desde donde se acusa al gobierno de Nicanor Duarte Frutos de “vendepatria” y a la Argentina de “imperialista”, “neocolonial” y hasta de “reinventar la música paraguaya con los burdos pseudónimos de chamamé y litoraleña, meras transfiguraciones de los soberanos giros y acentos del mundo sonoro nacional”. Un amplio sector de la población cree que Fernando Lugo le puede poner fin a esa relación desigual con los “curepí”. La otra “esperanza” es el general Lino Oviedo, pero por ahora está preso.