AGRO › FUERTE AUMENTO DE LAS EXPORTACIONES
El boom mendocino
Por Susana Díaz
A partir de la salida de la convertibilidad comenzó a ponerse en marcha todo aquello que el régimen de tipo de cambio fijo había tenido la virtud de destruir, por ejemplo, las economías regionales. Un ejemplo de esta recuperación en el sector agropecuario fue la provincia de Mendoza, donde el producto sectorial creció en 2003 el 30,7 por ciento y empujó la suba del Producto Bruto Geográfico al 12,3 por ciento, casi un 80 por ciento por encima de los resultados nacionales, estimados en torno al 7 por ciento. Entre los motores de este crecimiento se destacan las exportaciones que, por primera en la historia provincial, superaron los 1000 millones de dólares.
Concretamente, fueron de 1.075 millones, un salto del 19 por ciento en relación a 2002, aunque en este punto, la provincia cuyana mostró la misma limitación estructural que el resto de la Argentina. El grueso de las ventas al exterior fueron commodities. Entre ellas, el vino a granel, cuyas ventas al exterior crecieron el 95 por ciento y el mosto, que creció el 45 por ciento. También se destacaron las frutas desecadas sin carozo (+113 por ciento) y los duraznos en conservas (+228 por ciento).
Más allá de las controversias que continúa generando la disputa por el decreto que reactiva la promoción industrial en un grupo de provincias vecinas, con la consecuente competencia desleal en materia de nuevas inversiones –e incluso, según se quejan los mendocinos, de las ya existentes–, la opinión generalizada de los actores económicos de la provincia es que la recuperación fue inducida por un contexto macroeconómico favorable, el que se espera persista en 2004. El objetivo es que las exportaciones acompañen la expansión del PBG y crezcan entre el 5 y el 7 por ciento.
Al igual que en el resto del país, la sustitución de importaciones, especialmente de algunos insumos para la agroindustria, fue otro de los factores que impulsaron el crecimiento. Esta sustitución fue particularmente evidente en la industria de conservas.
Desde el Ministerio de Economía provincial, uno de los pocos del país ocupados por una mujer, se sostiene que uno de los desafíos es revertir algunos de los efectos generados por las políticas de los noventa. Entre ellos, el abandono de tierras productivas. Del medio millón de hectáreas bajo riego sólo están ocupadas el 60 por ciento, “capacidad ociosa” que evidencia la brecha existente con la producción potencial.