Sus cuentos ponen los pelos de punta y erizan la piel. Sin embargo, del universo literario de Edgar Allan Poe (1809-1849) aún quedan zonas bastante oscuras: escribió un libro sobre la clasificación de los moluscos, fue un ávido criptografista y hasta se metió con la robótica. Además, en el último tramo de su tormentosa vida, el fundador del género policial y creador de joyitas como El cuervo, Annabel Lee, El gato negro y El corazón delator tuvo un momento místico y compuso su poco conocido ensayo Eureka, donde de alguna manera se adelantó, entre otras cosas, a la idea de Big-Bang y de los agujeros negros. A casi 195 años de su nacimiento, la faceta más oculta del genio de la literatura de terror.