Las exportaciones de frutas frescas crecieron el 39 por ciento en los primeros cinco meses del año en relación a igual período de 2004, lo que acompaña el auge de recuperación de algunas economías regionales, especialmente la región productora de peras y manzanas del Alto Valle del Río Negro y la zona adyacente de Neuquén. Aunque esta región concentró casi el 68 por ciento de las ventas totales, también mostraron un muy buen resultado el subsistema citrícola con centro en la Mesopotamia y las uvas cuyanas. De acuerdo a los datos difundidos por el Senasa esta semana, las exportaciones certificadas entre enero y mayo alcanzaron los 403 millones de dólares, 113,4 millones más que un año antes. La mejora representó una suba del 32 por ciento en cantidades. En total se exportaron 783.866 toneladas. Se trata de un panorama alentador que evidencia la alta sensibilidad de los complejos agroindustriales a las señales “correctas” del tipo de cambio.

A la cabeza de las ventas estuvieron las peras y manzanas, que con 2 millones las primeras y 97,9 las segundas, sumaron exportaciones por 273,1 millones de dólares. Estos valores significaron un potente aumento del 37 por ciento en divisas y del 31 en cantidades, siempre comparando con los primeros 5 meses de 2004.

Los principales mercados para las manzanas fueron la Unión Europea –Holanda, Bélgica y España– con 76.498 toneladas, Rusia, con 55.301 toneladas y finalmente Brasil, con 13.781. En peras, se destinaron a la Unión Europea –Italia, Holanda y Bélgica– 137.758 toneladas, a Rusia 82.607 toneladas, a Brasil 42.692 toneladas y a Estados Unidos otras 42.373 toneladas.

En términos globales, los números muestran que el principal mercado para las frutas de pepita fue la Unión Europea, donde se dirige la producción de más alta calidad. Vale destacar que durante la década del ‘90 se produjo una integración vertical transnacional, ya que entraron masivamente a la producción valletana capitales comerciales europeos que, a la vez, concentraron la producción regional. Sin embargo, un dato nuevo desde la salida de la convertibilidad es la reaparición de asociaciones entre los productores locales más fuertes, que comienzan a integrar la producción hacia arriba, es decir, se agrupan para desarrollar plantas de empaque y frío y la logística de comercialización. El segundo dato es la consolidación del mercado ruso, donde se destina la fruta de calidad media, un fenómeno similar al que se registra con las carnes bovinas. Por último, como en casi todos los mercados de productos de base primaria, se destaca la progresiva pérdida de peso de Brasil, el principal mercado de destino de la producción rionegrina hasta avanzados los años ‘80.

En cuanto a los cítricos, durante el período bajo análisis se registraron ventas por 151.199 toneladas por 70,2 millones de dólares, un aumento del 54 por ciento en divisas. En este subrubro, el principal producto exportado fue el limón, que sumó 45,5 millones de dólares, lo que significó un importante aumento del 76 por ciento en el ingreso de divisas. El principal mercado de destino fue Rusia, donde se vendieron 12,9 millones de dólares. Por último, se exportaron 45 mil toneladas de uvas por 43 millones de dólares, un incremento del 23 por ciento en volumen y del 39 por ciento en divisas. Los compradores, otra vez, fueron la Unión Europea –Bélgica, Holanda y España– y Rusia.