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Domingo, 13 de mayo de 2007

AGRO › NUEVO ACUERDO POR LA CARNE

Nuevo acuerdo por la carne: La rueda sigue girando

El consenso conseguido se basó en trasladar la lupa de los controles desde el Mercado de Liniers a la puerta de salida de los frigoríficos.

 Por Claudio Scaletta

El acuerdo de precios alcanzado esta semana con la mayoría de la cadena cárnica permite obtener dos conclusiones preliminares. La primera y más importante reside en la limitación de cualquier política de precios que enfatice el control en sólo uno de los eslabones de cualquier cadena agroindustrial. La segunda es el carácter siempre provisorio de cualquier acuerdo que involucre al sector agropecuario.

El consenso conseguido se basó principalmente en trasladar la lupa de los controles desde el Mercado de Liniers SA, por donde se transa menos de un tercio de la carne que se consume en la Capital y Gran Buenos Aires, a la puerta de salida de los frigoríficos. En primera instancia la decisión sería beneficiosa para aquellos productores primarios que no consiguen el volumen suficiente para operar a través de las ventas directas, sea a frigoríficos o a supermercados. Para los más de dos tercios restantes los cambios serán pocos. Salvo la posibilidad de participar de algún subsidio –como los 270 millones de pesos que se destinarán “a fomentar la cría de terneros”– seguirán vendiendo como lo hacían hasta ahora.

Los frigoríficos, que consiguieron la apertura del mercado externo para las vacas destinadas a conserva, saben que en adelante estarán más controlados, lo que también podría ser positivo si se considera que desde el mismo circuito cárnico se los acusa de ser los más beneficiados por la política de control de los precios primarios. No debe olvidarse, sin embargo, que el eslabón de la faena y el frío posee un gran poder de mercado para influir sobre los precios que paga por la materia prima. Si se siguiese una lógica estrictamente económica podría argumentarse que este poder constituiría un freno natural para un potencial desbocamiento en Liniers, pero no es así como funcionan las cosas.

Lo más probable es que en Liniers todo vuelva a la “normalidad”, con precios reacomodándose rápidamente al alza. Para empezar, ya se le reconocieron tácitamente valores de entre 3,00 y 3,15 pesos al kilo de novillo en pie, cuando hasta hace poco en el Gobierno insistían en que 2,60 era un valor rentable para el productor. Pero lo más importante es que con su liberación, los precios de Liniers volverán a convertirse en referenciales. Y es aquí donde reside el verdadero poder de la empresa de los consignatarios de hacienda. Por eso la Oncca intentó generar, con poco suceso, un sistema alternativo de precios de referencia.

En cuanto a la comercialización minorista, ni carnicerías ni supermercados participaron del consenso de esta semana. De los representantes de los carniceros se dice incluso que le subieron la apuesta al secretario de Comercio Interior. La comidilla del sector es una sugerencia que le habrían hecho a Guillermo Moreno en relación con la pistola que, según la leyenda, alguna vez puso sobre la mesa de negociación. Al margen de las bravuconadas, las carnicerías no están dispuestas a resignar nada. En su momento la amenaza fue “correrlos con la AFIP” en alusión a la alta informalidad del sector, pero desde entonces no fue mucho lo sucedido.

Mientras tanto algunos indicadores mantendrán la tendencia. La demanda, interna y externa, seguirá en aumento, con altos precios internacionales. Con valores también más altos en Liniers, es probable que los frigoríficos pronto afirmen la imposibilidad de conseguir materia prima a valores compatibles con los precios acordados. Luego, las entidades del campo con entrenamiento para ir siempre por más, seguirán demandando la liberalización total, aunque omitiendo cualquier referencia a los subsidios recibidos, a la vez que el comercio minorista, acostumbrado a trabajar con márgenes extraordinarios, dirá que no es formador de precios. La rueda seguirá girando. Sería insólito pretender que no lo haga. Pero tratándose de un bien que representa el 4,5 por ciento del IPC puede entenderse el empeño del Gobierno por tratar de que al menos gire más despacio.

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La demanda de carne, interna y externa, seguirá en alza, con altos precios internacionales.

• La Secretaría de Agricultura informó que durante el primer trimestre se exportaron 13 millones de toneladas de granos y subproductos. Brasil continúa como principal importador, con 1,8 millón de toneladas.

• El titular del Centro de Empresas Procesadoras Avícolas, Roberto Domenech, aseguró la semana pasada que el consumo interno de pollo llegará este año a 29,2 kilos por habitante.

• Las moliendas de trigo pan y candeal crecieron con respecto al primer bimestre de 2006 en un 8,9 y 6,5 por ciento, respectivamente.

 
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