DESECONOMíAS
Misa offshore en re mayor
Por Julio Nudler
Sería necio ignorar que la economía rige en todos los campos, incluyendo los más sagrados. Así, las leyes de oferta y demanda también han determinado que, por la escasez de clérigos católicos en Estados Unidos, el precio de los oficios religiosos haya venido aumentando sistemáticamente. Esto abrió una ventana de oportunidad para la deslocalización, u offshoring, del servicio de oficiar misas para ocasiones especiales. Quienes ruegan al Señor por algún ajeno pariente fallecido tiempo ha no son ya curas del distrito sino sacerdotes indios, que resultan muy competitivos. Estos también enfrentan con éxito la competencia del clero europeo, que sufre las consecuencias de la suba del euro. De manera que las sotanas del Viejo Mundo ven escapar el filón de rezar por el eterno descanso de un familiar muerto o por la curación de un enfermo, o de agradecer al Supremo por un favor que dispensó desde su morada celestial, dado que los feligreses prefieren pagar en rupias. Como intermediarios en esta industria de la misa participan el propio Vaticano, los obispos u organizaciones religiosas, que se encargan de retransmitir –siempre vía email– al Estado indio de Kerala, u otro destinatario, los pedidos de devotos occidentales que buscan la intercesión de algún sacerdote ante el Creador, siempre que la gestión sea realizada a un valor accesible. Y, ciertamente, las tarifas son más que razonables. Un rezo, por ejemplo, puede adquirirse en India por apenas 5 dólares, suma significativa para curas hundidos en la pobreza, que no pueden sostenerse con las limosnas de una comunidad miserable. Para esos sacerdotes, la única solución reside en la exportación, dado que el mercado interno no puede darles sustento adecuado. Exportar requiems es, por ejemplo, una vía segura para suplementar los magros ingresos locales, pese a que las cúpulas eclesiásticas tienden a actuar como traders, interponiéndose entre el exportador y su cliente. Las condiciones impositivas también están contempladas, porque los pagos son consignados como donaciones.