Domingo, 31 de julio de 2005 | Hoy
E-CASH DE LECTORES
En estos días ha sido notorio el problema de los argentinos que no pueden regresar desde España por los problemas de S&W. El tema no termina ahí, desde hace días la empresa no puede cumplir con sus vuelos de cabotaje. Ejemplo reciente: Vuelo 6172 de Bariloche a Buenos Aires, salida de BRC a las 13.40 hs. Llamo al call center para saber si había inconvenientes con el vuelo o si estaban de paro y me informan que el vuelo despegó de Buenos Aires. Llego al aeropuerto de Bariloche a las 12.30 hs. Mostradores vacíos, gente amontonada. Al rato salen los empleados a decir que el vuelo tuvo que regresar a Buenos Aires por fallas técnicas graves. Que S&W no puede endosar los pasajes ni devolver el dinero, ni reembolsar gasto de alojamiento u otro y tampoco decir cuándo será el próximo vuelo, si mañana miércoles o el jueves. Estoy con otras tantas familias, niños que lloran de rabia, gente que pierde reuniones de trabajo o no puede hacer conexiones internacionales. Llamo a la Subsecretaría de Transporte que opera bajo el Ministerio de Planificación Federal, Inversión y Servicios Públicos. El subsecretario está en una audiencia, no puede atender este tipo de asuntos menores. Insisto porque es grave: S&W opera con un solo avión y hasta hoy vende pasajes, LAN está con sobreventas y Aerolíneas no tiene convenio con S&W, además están de paro. Decido viajar en ómnibus pero no hay pasajes. ¿Es posible que el Estado permita operar a una empresa que tiene un solo avión, que no puede reintegrar los pasajes ni garantizar estadías pagas por los perjuicios que causa a familias enteras? Es claro, S&W era viable con el apoyo del Estado y éste fue retirado tras el escándalo de las valijas. Nadie quiere quedar pegado al escándalo. Que yo sepa esto no es problema de los usuarios sino de la Justicia. Es vergonzoso que la Subsecretaría de Transporte permita a una empresa seguir operando o no provea una solución de transición. La razón tiene un nombre que un funcionario no puede desconocer. Se trata de seguridad por si no lo sabe: un solo avión implica que su mantenimiento es casi imposible o bien que los vuelos se cancelen. Es inadmisible. Esto sólo puede ocurrir cuando los oscuros intereses se juntan. ¿Esperamos otro accidente como el de LAPA? ¿No viajamos a Buenos Aires aunque tengamos compromisos laborales ineludibles o debemos pagar las tarifas leoninas de otra compañías a pesar de haber sacado nuestros pasajes con la anticipación debida y pagado en efectivo? ¿No es tarea ineludible del Estado regular, controlar y proteger a los usuarios? ¿No es deber de las empresas tener responsabilidad social? Mientras los funcionarios no tienen tiempo para cosas menores (a pesar de lo cual cobran cada fin de mes) y los empresarios se quedan con el dinero de los usuarios y les ocasionan perjuicios, el ciudadano común se halla desamparado. Funcionarios así no merecen un puesto, empresarios de tal calaña deberían llamarse de otra manera, pero la prudencia evita decir la palabra correcta. Esta no obstante se escucha por las calles, la gente dice la corrupción sigue, ¿cuándo acabará?
Roberto Kozulj
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