Pareciera que nadie alcanza a entender al ferrocarril Belgrano, pero menos entienden al llamado Belgrano Sur que va de Estación Buenos Aires y de Puente Alsina a Marinos del Crucero General Belgrano (en Merlo) y González Catán (en La Matanza). Tristes y sin sobresaltos van sus cortos trenes con, apenas, 40 o 45 mil pasajeros diarios. Menos que, cuando en los ’80 tenían vagones de madera y rodadura de bujes sobre vías antiguas y locomotoras viejas. Antes tardaban 48 minutos, hoy tardan 1h15m. Antes éramos un 30 o 40 por ciento menos de habitantes y viajaban 60 mil pasajeros en uno solo de los dos ramales. Hoy no llegan a 40 o 45 mil entre los dos ramales. Somos 3 millones de habitantes que no tenemos la oportunidad de utilizar el Belgrano Sur porque tiene servicios muy lentos, pocos horarios y menos confort. Es la línea que más rápido nos llevaría hacia el centro porteño, pero debemos ir por el Sarmiento en Merlo, Padua, Castelar o Morón o quién sabe cómo en colectivos sobrecargados o autopistas congestionadas. El desastre de Constitución o el de Haedo del otro año se publicaron en los medios porque afectaron a 400 mil o 500 mil pasajeros que siempre viajan en tren. Sobre el Belgrano Sur nunca ocurrió ninguna queja fuerte porque los 200 mil pasajeros que no lo podemos usar ya nos acostumbramos a que no existe. El Estado nacional se ha hecho cargo del Belgrano Sur. Quizá lo vuelva a entregar en concesión o no, pero lo que importa es que nuestra comunidad, el Gobierno y los gobiernos municipales tenemos la oportunidad de repensar a estos 60 kilómetros de líneas férreas para mejorar la calidad de vida de 3 millones de habitantes. Los habitantes del sur de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y de toda la Cuenca Matanza-Riachuelo tienen una oportunidad histórica. Esperemos no perder este nuevo tren.

Jorge de Mendonça
Ingeniero White-Buenos Aires
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