Domingo, 2 de septiembre de 2007 | Hoy
E-CASH DE LECTORES
Señor Alfredo Zaiat, permítame primero agradecerle por tocar el tema de la suba del mínimo no imponible (Panorama económico, 4 de agosto pasado). Luego agradecerle por criticar esa medida. Estoy de acuerdo con usted. Es totalmente inconcebible que alguien que gana cuatro veces el salario mínimo no pague impuesto a los ingresos. En realidad, en todo el mundo pocas cosas reflejan una mejor relación con la prosperidad económica de un país que el grado de cumplimiento con los impuestos a los ingresos individuales. Y el grado de penetración y cumplimiento de esos impuestos está también claramente relacionado con la tendencia a disminuir las diferencias de ingresos. No es por casualidad que en los países avanzados los grupos de derecha económica tengan como su objetivo principal el bajar los impuestos personales, algo que un supuesto “gobierno de izquierda” hace en Argentina sin que lo aprieten mucho. El hecho de que los ingresos por intereses no paguen impuestos (algo no visto en los países desarrollados) es también vergonzoso. Y no hablemos de la eximición de los jueces de cumplir con esta obligación. Como usted bien dice, este es un problema social, más que económico o fiscal. Y esta medida refleja los límites, no solamente de este gobierno, sino de la sociedad argentina. El simple hecho que no haya habido un griterío de escándalo habla muchísimo sobre lo que pasa en el país. Con respecto al impuesto a los ingresos, estos fueron establecidos hace muchos años en la mayoría de los países avanzados, y se hizo cuando los países se encontraban metidos en conflictos armados. En Estados Unidos y Canadá (donde resido desde 1985, cuando vine de España, donde había residido desde 1977, cuando tuve que abandonar Argentina), los meses de marzo y abril son popularmente conocidos como los meses en que los trabajadores llenan sus formularios con la esperanza de recuperar parte de lo que han aportado como contribución el año anterior. Es, por lo general, muy común el recibir un 10 o 15 por ciento de lo contribuido en devolución. Voy a copi-pegar el enlace a su artículo en el grupo soc.culture.argentina, donde suelo a veces postear con el pseudónimo de Viejo Vizcacha. Muchas gracias por su atención.
Luis Gómez Almeida
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Hay lectores, como yo misma, que no sabíamos hasta hace poco qué era el Ciadi realmente. Resulta ser que el Ciadi, que depende del Banco Mundial, fue creado en 1966 y es el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones, y tiene sede en Washington. Por lo tanto es casi obvio de qué lado está. Y sorprendentemente para mí, sustituye a la Justicia de cada país donde los inversores invierten. Según transcribo de Wikipedia: “El Ciadi es una institución del Grupo del Banco Mundial, especialmente diseñada para propiciar la solución de disputas entre gobiernos y nacionales de otros Estados. Una de sus finalidades es dotar a la comunidad internacional con una herramienta capaz de promover y brindar seguridad jurídica a los flujos de inversión internacionales”. Es importante saberlo, pues es lo que realmente le da significación a la información.
Enriqueta Ciarlo
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