En el corto plazo, el panorama seguirá complicado. Hay una gran incertidumbre. Y mucho temor porque se desconoce la profundidad de la actual crisis y porque se desconoce el estado real del mercado de las hipotecas en los Estados Unidos.

Impacto sobre la Argentina.

Se nota una importante salida de capitales, lo que podría perjudicar a la economía por la falta de financiamiento. Y un efecto contagio que se traduce en ventas masivas de acciones y de bonos, con la consiguiente caída de los precios. Los fundamentos económicos de la Argentina no merecen semejante castigo: los rendimientos de los títulos públicos se encuentran en el peor momento desde la reestructuración de la deuda.

Dólar.

Hay una mayor demanda, ya que sirve como refugio para pequeños y grandes inversores. El Banco Central conserva el suficiente poder de fuego para manejar el tipo de cambio. Tiene reservas suficientes para hacerlo. Me imagino que el BC quiere mantener la cotización por debajo de 3,20 pesos. Hay que descartar una disparada del valor, a pesar de las turbulencias.

Tasas.

No creo que un eventual repunte de las tasas interbancarias se traslade al costo de los créditos.

Recomendación.

Hay que ser conservadores. No es mala idea volcarse hacia los plazos fijos y esperar hasta que pasen las turbulencias para apostar por los bonos o por las acciones.