Un hombre va al banco y le dice al cajero: “¡Quiero abrir una maldita cuenta!”. El empleado lo mira asombrado y le responde que esa no es manera de expresarse en un banco. El hombre insiste con sus malos modales, por lo que el cajero va en busca del gerente. Cuando éste llega pregunta: “¿Cuál es el problema aquí?”. El hombre lo mira y responde: “No hay ningún problema. Lo único que quiero es abrir una maldita cuenta”. “No creo que sea la forma de pedirlo”, responde el gerente. Entonces, el hombre eleva la voz y agrega: “¿Acaso mis 10 millones de pesos no valen?”. El gerente piensa un instante y afirma: “No se preocupe. El maldito cajero enseguida le abrirá una maldita cuenta”.