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Estaban reunidos un contador, un arquitecto, un administrador de empresas y un ingeniero en sistemas.

—La profesión más vieja del mundo es la mía —dice el contador.

—¡No! —le responde el arquitecto—, al principio no existía nada, así que todo tuvo que ser construido, por tanto Dios es arquitecto.

El administrador de empresas lo interrumpe:

—De ninguna manera, al principio todo era un caos y tuvo que ser organizado como una empresa. Por tanto, Dios era administrador.

Entonces interviene el de sistemas:

—No, no, tú dijiste que había caos, si había caos ya había alguien de sistemas allí.