Esperando la fiesta
La experiencia de devaluaciones exitosas en países subdesarrollados de la última década muestra que, en el mejor de los casos, hay que tener mucha paciencia. Siempre la devaluación es recesiva en una primera etapa, hasta que recién después de un tiempo más o menos largo llega la reactivación. En México, por ejemplo, hubo que esperar 5 trimestres, es decir, 15 meses, hasta que se vislumbró la recuperación de la economía. En Corea, 12 meses. En Brasil, a partir del cuarto trimestre, pasados 9 meses, la economía empezó a salir.
La situación es peor para Argentina que viene de una profunda depresión. Según las estimaciones privadas, en el primer trimestre del año el PBI caerá nada menos que 11 por ciento. Y, en todo el año, la contracción del producto sería de, por lo menos, el 8 por ciento. En el escenario “optimista”, la economía recién volvería a crecer a partir del primer o segundo trimestre del año que viene. Mucho más tarde de lo previsto por el presidente Duhalde, que dijo que a partir de “mayo o junio” Argentina será una “fiesta”.