“Es una lástima que hayamos llegado a este nivel de confrontación porque nunca es bueno para un país quedar expuesto a embargos. Esto es resultado de la estrategia errada que está llevando adelante el Gobierno. Hubiera sido mucho más prudente reconocer el total de la deuda, estirar los plazos hasta 50 años y pagar una muy baja tasa de interés. Los gobiernos de otros países no pueden evitar la presentación de demandas, pero pueden instar a los jueces a cajonearlas si ven una decisión genuina de pagar. Los embargos son el resultado de la excesiva demora del Gobierno. La culpa no es de los fondos buitre. Recibir un embargo del juez más importante del sistema financiero norteamericano afecta la reputación del país. Además,seguir posponiendo la negociación tiene costos crecientes porque las tasas de interés están subiendo. Lo que se gane por la vía de una negociación larga se va a perder por la suba de tasas. El buen negociador no es el que pelea más sino el que consigue el mejor acuerdo.”