¿Por qué todavía no se reglamentó el decreto que permite la sustitución por parte de los farmacéuticos de los medicamentos recetados por otros de más bajo precio?
–El decreto está en trámite de reglamentación y sale en estos días. La industria no lo quería aceptar. Pero se la van a tener que aguantar. Lo que están empezando a hacer es una campaña para convencer a la gente de que los sustitutos más baratos no son de la misma calidad. Dicen que el Estado no controla bien la composición. Van a tratar de desprestigiar al Estado y a los medicamentos de segundas marcas.
¿Y cuánto hay de verdad en ese argumento?
–Nada. La Anmat, el ente de control y aprobación de medicamentos argentino, es considerado el mejor de América, luego del de Estados Unidos y el de Canadá. Además, los medicamentos que los farmacéuticos van a ofrecer en sustitución son los mismos que están en el mercado hace años. Lo que ocurre es que ahora se transforman en competencia para los grandes laboratorios.
Los farmacéuticos afirman que les cuesta mucho proveerse de medicamentos de segundas marcas, porque los grandes laboratorios manejan la distribución.
–Hay cosas que hay que ir arreglando. Pero hay que aclarar que no siempre los productos más baratos son de pequeñas compañías sin acceso a la distribución. Roemmers vende el Lotrial al doble de lo que lo comercializa Merk, que es el inventor y un laboratorio extranjero muy poderoso. Los precios en este mercado tenían que ver con una cuestión de posicionamiento comercial, que dependía de campañas de marketing. La Ley de Genéricos va a modificar esa realidad radicalmente. No de un día para el otro, pero va a cambiar.
¿Cómo van a contrarrestar la campaña de los laboratorios para convencer a la gente de que no compren los medicamentos más baratos porque no sirven?
–Vamos a hacer otra campaña explicándole a la gente la verdad.
De todas maneras, va a seguir habiendo millones de personas que no podrán consumir fármacos.
–Es cierto. Calculo que en este momento hay 15 millones de argentinos que no consumen medicamentos porque no pueden pagarlos. Encima cada vez nos piden precios más altos por lo que compramos para los hospitales. Tenemos pedido un crédito al BID por 120 millones de dólares. Esperamos recibirlo en dos meses. Con ese dinero vamos a realizar una licitación internacional para comprar medicamentos para todos los argentinos que no pueden pagarlos. Alcanza para un año y medio.