[cerrar]

Comparta esta nota con un amigo

E-Mail de su amigo
Su nombre
Su E-Mail

Por Katharina Brecke
Miembro de ATTAC Alemania

Despiadados inversores alemanes: Hace pocos días que estoy en Buenos Aires y lo que, hasta ahora, caló más hondo en mí son dos impresiones: primero, la hospitalidad inmensa y cordial con que tratan los argentinos a una extranjera que visita su país por primera vez; segundo, los efectos de la crisis que se notan en todas partes de este país tan lindo y evidentemente rico. Entonces, fue como un cachetazo cuando abrí el periódico y leí que un grupo de inversores alemanes en bonos de deuda argentina planea llevar a juicio al Estado argentino para reclamar los pagos de los intereses que no se liquidan desde el estallido de la crisis. Los alemanes que compraron deuda argentina y aprovecharon las altas tasas de interés, que implicaban un alto riesgo (tasas dos veces más elevadas que las que se obtienen con títulos del Estado alemán) no se sienten de ninguna forma obligados a pagar el costo por el riesgo que corrieron a sabiendas. Al contrario, intentan imputar toda la responsabilidad al Estado argentino y además inducir al Ministerio de Hacienda alemán para que presione al gobierno de Eduardo Duhalde.
Al menos, el gobierno alemán no se mete en eso porque “réditos privados son un riesgo privado”, como declaró una portavoz del Ministerio de Hacienda alemán el 15 de agosto. En general, y especialmente como alemana que disfruta de la hospitalidad del pueblo argentino en estos tiempos difíciles, esta conducta egoísta e ignorante del grupo de inversores alemanes no sólo me da vergüenza, sino que además me pone furiosa.
Aunque se supone que una persona que tiene suficiente dinero para invertir en bonos de deuda no se interesa en la crisis social argentina (como el sistema de salud pública que se está derrumbando o la gente que no sabe cómo alimentar a sus hijos), al menos podrían acusar a los verdaderos culpables que son los bancos alemanes que evocaron la avidez de los inversores con sus recomendaciones de inversiones de alto riesgo.
¡Pero siempre se busca castigar al más débil!