Roberto Lavagna fundó la consultora Ecolatina hace 25 años. Delgado es uno de sus discípulos y está colaborando con el ministro en su gestión a cargo de la cartera económica.
¿El anuncio de consolidación de deudas del Estado a diciembre de 2001 va a terminar en una nueva emisión de bonos?
–Sí, es una forma de pasar en limpio cuál es la verdadera situación y, además, va a determinar una negociación con los acreedores que se presenten. Todo el que pase por ventanilla sabe que va a tener una quita. El Estado entró en default para todos. Ya el decreto 1873 de setiembre pasado preveía el pago a proveedores con Boden. Para muchos será un beneficio, porque van a conseguir cobrar deudas que reclamaban hace rato.
¿También van a proponer hacerle una quita a los bonos emitidos este año?
–No, defoltear los Boden sería gravísimo. Por eso se aclaró bien que se trata de deudas a diciembre de 2001, la fecha de la cesación de pagos. De otra manera, sería un segundo default y se perdería toda la confianza ganada en estos meses.
¿Está de acuerdo con el festival de bonos que se armó para compensar a los presuntos perdedores de la devaluación?
–No, creo que muchas decisiones pueden ser justas, pero no vinieron refrendadas por ningún tipo de consistencia macroeconómica. Los legisladores toman decisiones sin fijarse quién las paga. Si el Estado sigue emitiendo bonos para salvar situaciones puntuales, cada vez va a ser más complicada la renegociación con los acreedores externos.
¿Y por qué el Ejecutivo no las veta?
–Sí, debería hacerlo. Puede y debe. Lamentablemente, mientras atendemos el presente, se están tomando decisiones que afectan el futuro. Lo que ocurre es que siempre un veto es una decisión política que atañe a muchas cuestiones. El tema es que cuando nos pongamos a hacer cuentas de cuánto hay que conseguir de superávit para pagar la deuda pública, nos vamos a agarrar la cabeza.
¿Por qué el Estado nacional se va a hacer cargo de las deudas provinciales con los bancos?
–Tampoco estoy de acuerdo con esa decisión.
¿Cuál va a ser la propuesta del Gobierno a los acreedores?
–Necesitamos conseguir una quita superior al 50 por ciento en el total de la deuda. Los organismos internacionales tienen que entender que no pueden estar por delante de los particulares. De otra manera, no da ninguna cuenta. La quita que habría que hacerle al resto sería rechazada y nos traería problemas legales.