Un informe del Departamento de Estudios Laborales del Ministerio de Trabajo señala que “al analizar la situación de Argentina con relación a otros países desarrollados se verifica la leve incidencia que tuvo el crack internacional en el desempleo juvenil, dado que al comparar la situación actual con la previa a la crisis, la Argentina sólo incrementó en 0,7 puntos porcentuales la tasa de desempleo juvenil, mientras que en el otro extremo España la aumentó en casi 18 puntos porcentuales”.

Un muestreo realizado por la cartera laboral revela que el problema se dio en forma similar en toda la Unión Europea: en Italia el desempleo juvenil durante la crisis creció un 6,4 por ciento; en Bélgica, un 5,8 por ciento; en Suecia, un 5 por ciento y en Inglaterra, un 4,8 por ciento. Los jóvenes que viven en Estados Unidos, país en el que se desató la crisis, también sufrieron la caída del empleo. En este caso, la desocupación juvenil creció un 6,4 por ciento entre 2008 y 2010.

Por otro lado, en el “Panorama Laboral 2010 sobre América Latina y el Caribe” recientemente publicado por la OIT, se afirma que en la mayoría de los países de la región se observa que, pese a la recuperación económica, el desempleo juvenil no retrocede hasta los niveles previos a la crisis y que incluso en la comparación 2009/10 “la tasa de desempleo juvenil triplicó la tasa de desempleo adulto y más que duplicó la tasa de desempleo total”.

En el citado estudio se afirma que la experiencia reciente permite concluir que los jóvenes, al igual que las mujeres, son los grupos más afectados frente a los ciclos económicos, no sólo con la situación de desempleo sino también con el deterioro de la calidad del empleo. Esto significa que el comportamiento que se observa en el país es similar a la realidad mundial y de la región, aunque, como se ha demostrado, esta problemática no tiene en la actualidad la magnitud de la gravedad que viven otras sociedades y que también ha sufrido la Argentina en otros períodos de su historia reciente anterior a 2003