“El 2003 va a ser un año de transición. Hay un lento proceso de orientación de la política crediticia en favor del aparato productivo, en particular por las plataformas de exportación que se han generado en la nueva geografía económica posdepreciación cambiaria. El dinamismo hay que buscarlo más por el mercado de capitales que por el sistema financiero. En la Argentina hay ahorro doméstico que puede ser canalizado por mecanismos no tradicionales como los fideicomisos y las obligaciones negociables. Hay que agudizar el ingenio para lograr que los más de 20 mil millones de dólares que permanecen en la economía interior fuera del sistema financiero vuelvan atraídos por la seguridad que ofrecen esos regímenes tanto en el plano jurídico como en el financiero.”