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“La existencia de oligopolios no siempre es perjudicial. Si el Estado tuviera el poder de convocatoria, y la decisión para negociar una baja en los productos de la canasta básica, le hubiera resultado mucho más fácil hacerlo en un mercado concentrado, pues bastaría con sentarse a negociar con un puñado de empresas. Sin embargo, no se está haciendo nada. En un momento de crisis como el actual, la intervención debería ser una prioridad. Se les debería exigir a las grandes compañías agroexportadoras que fueron beneficiadas por la devaluación que utilicen una parte de susganancias para subsidiar al mercado interno, pero para eso se necesita una fuerte autoridad política y un equipo técnico capacitado que conozca los números y pueda negociar de igual a igual. Las retenciones son un mecanismo de subsidio cruzado válido, pero un poco complicado porque nunca se termina de saber a dónde va la plata. Lo mejor sería negociar para que las empresas apliquen el subsidio cruzado teniendo precios diferenciados para el mercado interno.”