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¿Cómo relaciona la crisis griega con la que tuvo la Argentina en 2001/2002?

–Durante años, la política de la Argentina fue seguir al FMI, pedir préstamos, renegociar su deuda e implementar políticas de austeridad. Se le decía a la Argentina lo mismo: que en 25 años iba a poder crecer, pagar su deuda y crecer de a poquito. Eso es lo que está pasando hoy en Grecia.

¿Hay alguna diferencia en la relación que tiene Grecia con el FMI y la que, en aquel momento, tenía la Argentina con esa entidad?

–Grecia es parte de la Unión Europea, Argentina no lo era. Al ser parte de la Unión Europea, los bancos reciben ayuda del Banco Central Europeo. En la Argentina no existió esto. Además, los bancos griegos también reciben esa ayuda y pueden continuar, algo que no lograron los bancos argentinos y por eso quedaron sin poder. Pero la principal diferencia es que la Argentina pudo romper con la convertibilidad por una decisión propia; en el caso de Grecia eso no es posible porque todavía es parte del sistema monetario europeo. En la Argentina hubo cambios políticos que tuvieron que ver con la presidencia de (Néstor) Kirchner.

¿Cuáles?

–La iniciativa de negociar con los acreedores cambió radicalmente, la tomó el deudor y no el acreedor. En Grecia es muy difícil encontrar a alguien como (Néstor) Kirchner, porque la clase política griega está integrada a la Unión Europea. Sería muy raro escuchar a un Kirchner allí