Gonzalo Sosa vive con su novia hace seis años en la casa de sus suegros, en Benavídez. Con la idea de llegar en algún momento a la casa propia, compraron en 2010 un terreno en el barrio. Comenzaron con la perforación del agua, porque no había agua potable, y pusieron el pilar de la luz. Pero meses después debieron suspender el proyecto porque la plata no les alcanzaba. Cuando salió la posibilidad del Pro.Cre.Ar, se enteraron de que esperaban un bebé y se anotaron inmediatamente, en julio del año pasado.

“Me inscribí un jueves, apenas escuché las noticias. El lunes fuimos al banco y nos dijeron que era por sorteo. Fue una desilusión, porque pensábamos que iba a ser muy difícil salir elegidos. A los pocos días, el primer número del primer sorteo fue el mío”, cuenta Gonzalo. Ahí comenzó a operar con la sede del Hipotecario en Tigre. Una de las cosas que le faltaba eran los planos de obra, que confeccionó su tío, arquitecto.

Igual a como se llevan a cabo la mayor parte de las obras de construcción residencial, él y su familia fueron comprando los materiales y levantando de a poco la casa, luego de recibir en agosto el primer desembolso. “Lo único que me pareció caro fue el costo de los gastos del escribano. Del primer desembolso de 50 mil pesos, tuve que dejarle 10 mil pesos, por la búsqueda de los antecedentes del terreno”, advierte Gonzalo, quien tiene 27 años y trabaja hace nueve en una empresa importadora de impresoras en Munro. Su novia tiene la misma edad y es profesora de educación física. Son padres de Agustina, de ocho meses.

Ya están gestionando el último desembolso de dinero y calculan que en diciembre se mudan. “Como el trabajo lo hacemos en familia, los tiempos se alargan, pero la casa será un poco más grande, por el ahorro en la mano de obra. Ya tiene el techo, las paredes, la instalación eléctrica y el gas”, cuenta Gonzalo. Calcula que el préstamo le alcanzaba para una casa de unos 70 metros si hubiera contratado albañiles, mientras que planea que la suya tenga 90 metros cubiertos. A fines de agosto comenzará a repagar el préstamo de 150 mil pesos, que le exigirá una cuota de alrededor de 890 pesos por mes.