El Banco Mundial dio a conocer a comienzos de junio una encuesta sobre las percepciones que tienen sobre el organismo más de 2600 personalidades de 48 países. El informe fue encargado a la consultora Princeton Survey Research Associates para contrarrestar las fuertes críticas que ha venido recibiendo la institución en los últimos años. Se entrevistó a empresarios, políticos, militantes sociales, sindicalistas, académicos y periodistas. El objetivo del organismo se cumplió en parte. La mayoría de los consultados afirmó que “la influencia del BM en sus países es positiva en términos generales”. No obstante, las críticas se hicieron sentir con fuerza en los países en desarrollo. El 60 por ciento de los entrevistados en Asia del Sur y Africa afirmaron que las reformas recomendadas por el BM “dañan a más personas de las que ayudan”. Lo mismo opinó la mayoría de los encuestados en América latina, el Caribe, Medio Oriente y Africa del Norte. Los líderes de opinión afirmaron que es probable que se esté gastando suficiente dinero, pero no en la forma adecuada. El BM también fue caracterizado como “arrogante”, se criticó su “burocracia lenta e ineficiente” y se lo identificó como “estrechamente ligado a los Estados Unidos”. Además, apenas un 13,7 por ciento consideró que el BM y el FMI son independientes entre sí