“Según los análisis que nosotros realizamos, los precios de la canasta básica subieron cuando la volatilidad del dólar fue muy fuerte porque los empresarios aumentaron tratando de resguardarse. Pero cuando el dólar bajó los precios no bajaron en la misma magnitud. El proceso fue mucho más lento y en algunos casos se mantuvieron igual o subieron. Habría que preguntarles a los empresarios por qué no bajaron los precios. Supongo que aprovecharon para aumentar sus ganancias. Revertir esta situación es muy difícil. El Estado no debe intervenir porque siempre que lo hizo cometió errores. Determinar la estructura de costos es complejo porque no se puede establecer un patrón de productos tipo. Las empresas comienzan a diferenciar los productos y es imposible controlar esas estrategias. La solución forma parte del juego de la oferta y la demanda. Los supermercados deberían dejar de comprarles a los proveedores que no bajaron los precios.”