La desaparición de Héctor Walter Valle, uno de los primeros Licenciados en Economía Política recibidos en el país, a quien conocí cuando comenzaba mi vida estudiantil universitaria en la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA y con quien luego trabé una fuerte amistad y afecto compartiendo actividades comunes, como las del grupo Fénix, constituye para mí y para todos sus amigos del pensamiento nacional una pérdida sensible. De una profunda inteligencia, detrás de su mirada seria, que utilizaba como un escudo para resguardarse, Héctor tenía un gran sentido del humor y una atrayente sonrisa, amaba el arte, la música y la literatura (llegó a escribir una interesante novela), y era un temible contrincante para cualquiera que desafiara sus ideas en defensa de los intereses argentinos, allí sí se embravecía.

Desde joven trabajó en la función pública, aunque los cargos de mayor responsabilidad le llegaron mucho más tarde. Fue uno de los pilares en la creación del Conade (Consejo Nacional de Desarrollo) un organismo que defendió siempre, porque consideraba necesario que el Estado tuviera un espacio para planificar el desarrollo económico y social del país. Esta experiencia lo llevó a participar en un proyecto que ocupó un lugar central en su vida, la creación de un centro de estudios dentro del ideario desarrollista, junto a su inseparable colaboradora Mercedes Marco del Pont y un buen equipo de trabajo. Así nació en 1978 la Fundación de Investigaciones para el Desarrollo y la revista periódica Coyuntura y Desarrollo.

La característica peculiar de esta revista es que prácticamente ninguno de sus artículos stán firmados, lo que puede explicarse por el hecho de que nace en plena dictadura militar, cuyas políticas critica desde los primeros números. Pero su gran calidad indica las manos de los editores que están detrás de ella. Además de elaborar cuadros y gráficos originales y seguir de cerca los problemas más acuciantes de la economía nacional y mundial, casi todos sus artículos dan una excelente y exhaustiva interpretación de las distintas políticas y sectores de la economía argentina y mundial y de sus proyecciones, utilizando con pertinencia el instrumental de la teoría económica y desnudando los intereses que promueven tal o cual política.

Otros elementos remarcables son su sobriedad, sin fotos y con escasas publicidades; sus profundos análisis de las tendencias de mediano y largo plazo, tanto en el orden nacional como en el internacional; sus interés por la historia económica argentina; la rigurosidad y sofisticación de sus estadísticas; y su cerrada defensa de un desarrollo económico con equidad, enfatizando en la ampliación del mercado interno y el proceso de industrialización. Lo que atrae de ella más que su presentación es su contenido que da una visión una visión diferente y lúcida de la realidad argentina. Coyuntura y Desarrollo, especialmente para los jóvenes que emprendieron la crítica del neoliberalismo y la ortodoxia, es de lectura indispensable.

Los libros que escribió y los proyectos que elaboró; los infaltables desayunos de trabajo, con economistas, empresarios y público en general siempre acompañado por Mercedes; y las demás actividades que emprendió en su vida, (entre otras la dirección del Fondo Nacional de las Artes, su actuación en YPF y el ejercicio de la docencia en la Maestría de Historia Económica de la UBA, que contribuyó a prestigiar) destacaban a Héctor W. Valle, un gran economista argentino del pensamiento nacional, no sólo por su talento sino por algo muy raro en el ámbito académico: su inalterable modestia.

* Profesor emérito de la UBA.