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¿Avanzar con un plan antievasión antes de reformar el sistema impositivo no implica legitimar la regresividad del sistema?
–Nosotros reconocemos la existencia de impuestos distorsivos. En particular el impuesto al cheque, porque impacta de manera negativa a lo largo de toda la cadena productiva. Creemos en la necesidad de ir modificando esa situación. Pero primero decidimos apostar a las leyes antievasión porque el país no está atravesando una situación holgada como para ceder recursos fiscales tan fácilmente. Nos urge la sanción de las leyes antievasión, ya que necesitamos obtener recursos alternativos para ir corrigiendo un sistema tributario que está plagado de impuestos típicos de las crisis. Para el 2004 tenemos como objetivo reducir paulatinamente el impuesto al cheque o hacer que parte de ese impuesto se tome a cuenta de otros impuestos, como ganancias.
¿Las retenciones también se van a disminuir?
–No tenemos previsto modificar las retenciones en el 2004. Debemos aclarar que las retenciones juegan un doble papel. Por un lado, el papel fiscal que se trasluce en la obtención de mayores recursos para el Estado. Pero por otro lado, la Argentina tiene la particularidad de que exporta lo mismo que consume. Por lo tanto, las retenciones tienen incidencia en el nivel de los precios internos de productos de consumo básico. Los precios internacionales actuales y el tipo de cambio alto hacen que los sectores afectados por las retenciones sigan siendo rentables. Por eso pongo más énfasis en el impuesto a las transacciones financieras, aunque reconozco el carácter distorsivo de las retenciones.
¿Piensan bajar el IVA?
–Para el año próximo no se contempla una rebaja del IVA. Uno debe reconocer que el IVA está en un nivel alto, pero primero hay que ordenar la recaudación.
¿Por qué el pronóstico de recaudación para el año próximo no contempla mejoras en los ingresos vía reducción de la evasión?
–Nosotros hemos intentado ser prudentes porque las leyes todavía no están sancionadas. Pero en la medida que el plan antievasión comience a funcionar con fuerza nos va a permitir introducir algunas modificaciones al sistema impositivo. Lo que no se modificaría sería el nivel global de la recaudación, pero sí su composición si se la mira por la estructura de los impuestos que la componen.