¿Qué puede hacer el Ministerio para que los trabajadores no sean perjudicados por las pautas flexibles incluidas en los convenios colectivos?
–Cuando el pliego de negociación viene cerrado lo único que queda es verificar la legalidad de ciertas normas como la polivalencia funcional o la extensión de la jornada de trabajo. Pero cuando los actores nos consultan antes de cerrar la negociación tratamos de equilibrar la redacción del convenio.
La Ley de Contrato de Trabajo dice que las vacaciones deben ser “por un período mínimo y continuado”, pero en los convenios se autoriza el otorgamiento fraccionado en cualquier momento del año.
–Lo que pasa es que hay un artículo de la ley que faculta a la autoridad administrativa a adecuar las vacaciones a las peculiaridades de cada caso. Lo que nosotros contemplamos es si existe una razón objetiva para parcializarlas y si el trabajador recibe un beneficio adicional.
¿Qué motivo justifica, por ejemplo, que Metrogas otorgue las vacaciones fraccionadas?
–En ese caso las partes utilizan el derecho de la autonomía de la voluntad colectiva y si no se vulnera el orden público nosotros tenemos que homologar.
Pero muchas veces el trabajador no tiene la fuerza suficiente para defender sus derechos.
–Los representantes del sindicato negocian en representación de los trabajadores que los eligieron. Si el trabajador decide cuestionar la negociación debe hacerlo en su sindicato. El problema es que muchos trabajadores no participan y después cuestionan.
Pero el Ministerio puede no homologar si las cláusulas perjudican a los trabajadores.
–El convenio no se analiza cláusula por cláusula. Se debe contemplar su totalidad y ver cuántos beneficios por encima de la ley tiene el trabajador porque en la compensación está el equilibrio. En algunos casos el otorgamiento de otros beneficios justifica que el sindicato haya aceptado el fraccionamiento de las vacaciones o trabajar tres días 12 horas para luego tener un franco.