“La televisión está experimentando la tecnología, pero no en términos de una nueva idea de comunicación. Hay más colores y más prolijidad. Se difunde mucho, pero no se comunica nada (...). A veces aparecen programas como eructos que te hacen decir: ‘Uy, mirá esto’, se les da difusión, pero pasan de largo. O directamente se los prohíbe, como le pasó a Moria Casán. Al respecto, mi teoría es que a su programa lo censuraron porque las tetas que aparecían eran tetas antiguas, de puta de antes. Si hubieran puesto tetas chiquitas, estilizadas, no las hubieran prohibido.”

Norman Briski, 18 de noviembre de 1992.