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Martes, 16 de agosto de 2005

TEATRO › MONTAJE DE ROBERT STURUA

La eterna parábola de Bertolt Brecht

El director georgiano se luce con su puesta de La resistible ascensión de Arturo Ui.

 Por Hilda Cabrera

¿Cómo frenar el ascenso social y político de personajes tipo Arturo Ui? Un energúmeno con traza de psicópata capaz de caer en fuertes depresiones pero no por eso abandonar el deseo de ser una excepción en el mundo. La pregunta surge de este montaje del georgiano Robert Sturua, quien no se aparta aquí demasiado (aun cuando no lo nombre) de los últimos registros que en cine y teatro se han practicado sobre la figura de Hitler, inspiradora del texto de Bertolt Brecht. Resistible o irresistible, ya que la duda nace del mismo título, Der aufhaltsame (o unaufhaltsame) Austieg des Arturo Ui (como se escribió alguna vez con sarcasmo), la obra demuestra que la caída de individuos afectos al poder y el daño es remota en sociedades que premian el chantaje, la connivencia y el disimulo. Abreviada respecto de la concebida por Brecht, la puesta de Sturua es a un mismo tiempo austera y barroca. El tono y el estilo dependen de la escena a desarrollar. En principio, un Anunciador aclara al público que ésta es la representación de una historia de crímenes y fraudes, y que sus protagonistas son “los delincuentes pasajeros y los de toda la vida”. Esa aclaración facilita el cambio abrupto de ritmo y atmósfera, para lo cual el director se vale de gran variedad de recursos, incluido el elemento escenográfico, otorgando así espectacularidad a su trabajo. Este aprovechamiento no implica en su caso desestimar la síntesis ni desechar la sugerencia.
De todo director se dice que pone en escena sus propios fantasmas, y que lo hace libre de cualquier traba. En este punto, la puesta de Sturua se acerca a un teatro de imágenes, pero cuyo soporte sigue siendo la palabra. El director convierte a los objetos en símbolos y a los intérpretes en marionetas. De esa forma, lo trágico o lo festivo de cada uno ingresa a escena teñido de perversión y amaneramiento, mientras la música, también protagonista, va subrayando pasajes, dominados algunos por el jolgorio y otros por el desconcierto y la muerte. En el rol de “hijo de los suburbios” que asciende amparado en la extorsión y el crimen junto a sus bravos muchachos, el actor Fabián Vena compone un Ui de apariencia débil, aunque diestro para afianzarse allí donde existe corrupción. El es quien comparte con Ricardo Díaz Mourelle una de las secuencias más cómicas de esta pieza: aquella en la que su personaje toma lección de arte escénico con un viejo actor judío que ha dedicado su vida a interpretar obras de Shakespeare. Por su lado, el expresivo Roberto Carnaghi actúa a Dogsborough, el honorable que se aviene a comprar a precio vil el astillero del quebrado y asesinado Sheet. Su labor es tan destacable como la de Jean Pierre Reguerraz en los papeles de asistente del Anunciador y Sheet. Y no son los únicos que se lucen aquí, aportando creatividad a un montaje que genera inquietud. ¿Será, como se proclama, “aún fecundo el vientre que engendró lo inmundo”? ¿Dominará quien sepa mostrarse ante los más humildes como su señor? ¿Quién es hoy el dueño del pensamiento y de la vida de los otros? ¿Dónde prosperan los personajes como Ui? ¿Qué responde una sociedad al que dice que un trabajador en huelga es un sujeto peligroso, como afirma este Arturo en su discurso?
Si bien hoy el contexto social y político es diferente de aquel otro que impulsó a Brecht en 1941 a escribir con urgencia esta parábola “sobre el triunfo de la escoria humana”, la dramaturgia de Sturua (quien, entre otras licencias, apela a un lenguaje de actualidad en Argentina) sugiere reflexionar sobre la posibilidad (o imposibilidad) de relacionar también en estos tiempos y de modo dialéctico los datos de la realidad con la propia forma de crear, o de “hacer” la historia y no sufrirla, como propuso Brecht al desmitificar la escena, y con ello tomar conciencia, desde el arte, de la sociedad en que se vive, aun cuando en ese empeño haya que asumir el papel del derrotado.


8-LA RESISTIBLE ASCENSION de ARTURO UI
De Bertolt Brecht
Traducción de Nicolás Costa y Norberto Silvetti Paz
Elenco: Fabián Vena, Roberto Carnaghi, Jean Pierre Reguerraz, Gustavo Böhm, Marcelo Subiotto, Ricardo Merkin, Claudio Da Passano, Malena Figó, Ricardo Díaz Mourelle, Tony Lestingi, Marcelo Nacci, Gerardo Serre, Cacha Ferreira, Néstor Sánchez, Jorge Ochoa, Pablo Mariuzzi, Enrique Latorre, Gabriel Conlazo, Gonzalo Costa, Sebastián Suñé y Mariel Fernández
Música: Hans Dieter Hosalla
Música incidental: Giya Kancheli
Escenografía: Norberto Laino
Iluminación: Alejandro Le Roux
Vestuario: Alicia Gumá
Dramaturgia y dirección: Robert Sturua
Lugar: Sala Martín Coronado del TSM, Av. Corrientes 1530, de miércoles a domingo a las 20.30.
Duración: 120 minutos

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Fabián Vena y Roberto Carnaghi, protagonistas de la obra que se presenta en el Teatro San Martín.
 
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