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Martes, 1 de septiembre de 2009

TEATRO › JONATHAN ELíAS, MICHAEL FEIGENBAUM Y UN NUEVO ESPECTáCULO DE MAYUMANA EN BUENOS AIRES

“Lo que se ve aquí no se ve en todos lados”

El dúo se refiere a la respuesta que suele encontrar en el público local, y no parece un lugar común: su última presentación aquí terminó con una “zapada” con público en el Obelisco. Esta vez, el espectáculo gira alrededor del concepto del tiempo.

 Por Sebastián Ackerman

El lobby del hotel céntrico donde se encuentra el elenco de Mayumana en Buenos Aires parece la sede de un encuentro internacional: españoles, holandeses, israelíes, suizos, costamarfilenses, brasileños, belgas, haitianos y, claro, argentinos, van de un lado para otro. Pero no vienen a debatir sobre política mundial, vienen a presentar a partir de este jueves Momentum, el nuevo espectáculo del grupo. Y ese eclecticismo de nacionalidades, sumado a las diversas habilidades, técnicas y destrezas en las que se especializan, hace que no sea tarea sencilla intentar definir qué es Mayumana. Ni siquiera Jonathan Elías (el argentino del grupo) ni el suizo-israelí Michael Feigenbaum, en diálogo con Página/12, pueden definirlo exactamente: “Para este tipo de shows se necesita gente muy polifacética porque todos bailamos, todos tocamos percusión, todos cantamos... No alcanza con ser el mejor percusionista del mundo, porque si no te puedes mover, no vas a trabajar nunca en Mayumana”, coinciden.

Elías se sumó a Mayumana el año pasado para el estreno de Momentum, que se realizó en España (donde vive desde 2001); Feigenbaum ya suma diez años en el elenco. Y, a pesar de la experiencia, tampoco les resulta sencillo describir con precisión cuál es su tarea dentro del grupo, pero –después de tanto tiempo– lo toman con humor. “Yo digo ‘artista’. Fácil”, lo resuelve el argentino. “Y ahí entra actor, músico, todo. Pero si alguien me dice ‘Dale, de qué trabajás’, y contesto que soy actor, a veces insisten `No, pero un trabajo de verdad’”, se ríe. Feigenbaum, por su parte, cuenta que “la última vez en Migraciones escribí ‘bailarín’. Y me preguntaron ‘sí, pero ¿qué vas a hacer realmente?’. Es como si me preguntaran ¿y de grande qué quieres ser? ¡Ya soy grande! Y hago cosas muy buenas, tocando la basurita, los cubos y todo eso... Hago de todo: en Mayumana bailo, actúo, clown, toco la guitarra, percusión, beat box, rap, viviendo con mis amigos”, se entusiasma.

–¿Cómo se incorporaron a Mayumana?

M. F.: –Yo no quería ir al casting, y mi novia me dijo “Tú vas al casting, y basta”, y enamorado fui al casting... ¡ahora no estoy con ella pero sigo en Mayumana! Diez años ya... Yo creía que no podía hacer esto. Los había visto en un programa de televisión y dije guau, pero pensaba que no tenían nada que ver conmigo, que no tenía la posibilidad de hacer esas cosas, pero estaba equivocado... Entré por el mundo del hip hop, haciendo beat box y rap, y ahí empecé con la percusión, y tomar clases de baile de varios estilos, árabe, capoeira, cantar, actuar, clown...

J. E.: –Yo los vi en 2003 en Madrid, y en 2006 trabajaba en (la compañía española) Yllana, que es de humor y música también, y se hizo una coproducción con Mayumana, un espectáculo juntos. Ahí tomé más contacto con ellos y tal, y dos años después hice el casting para Momentum... y aquí estoy. Empecé de muy chiquito con la música, familia de músicos: mi viejo es músico frustrado y peluquero. Empecé por ahí y de más grande me interesé por la actuación, las acrobacias, los malabares, el baile. De a poco vas descubriendo, por más que te guste más la música..., digamos que el árbol va abriendo las ramas.

A los ya conocidos números de percusión (con tachos, patas de rana, bolsas, recipientes con agua y etcéteras varios), teatro, danza, sketchs humorísticos, malabarismos y acrobacias que el grupo viene ofreciendo en todos sus shows y que son marca registrada, en Momentum agregan una pantalla gigante, en la que se muestra tanto lo que sucede sobre el escenario como en la platea (lo que les permite armar videoclips “en vivo”), y un láser que acompaña el cierre del show. Otra novedad es que esta vez el espectáculo está organizado sobre un eje, el tiempo, por lo que distintos tipos de relojes aparecerán en cada número. “Además, también hay una sorpresa al final del espectáculo”, prometen ambos, enigmáticos.

–En general, en sus espectáculos no hay diálogos. ¿De qué manera se crea un espectáculo con estas condiciones?

M. F.: –Las ideas principales de este show han venido de nuestros directores: dijeron que querían ver un show así y así. Y desde ahí vamos a investigar, poner ideas, doce o catorce horas al día durante seis meses, y por fin dijeron... “No, todo el número no está en el nivel que queremos”. OK. Bye bye, a la basura. Y los números que van a ver ahora son los mejores.

J. E.: –Dentro del proceso creativo siempre hay una investigación, de probar. Hasta que decimos “¡Esto es cojonudo!”, y queda. Lo normal es una batería, ya se vio. Entonces pensamos con qué podríamos hacer lo mismo que una batería pero que no sea una batería. Vamos a pegarles a las cosas... En este show se investigó cosas más tecnológicas: videoproyección, triggers. Este es un espectáculo distinto de Mayumana.

Momentum fue estrenado en España en 2008 y Argentina es el primer país latinoamericano en el que lo presentan (ya actuaron en Córdoba y Rosario, y ahora es el turno en el Gran Rex), pero la intención es que sea el “inicio” de la gira sudamericana: ahora vuelven a España, pero si les va bien acá quieren ir a Chile, Venezuela, Perú y Brasil, entre otros. “Por ahora nada está confirmado, por el estado económico del mundo muchos países en Sudamérica no pueden confirmar nada con un año de anticipación”, explica Feigenbaum. “No podemos decir que está cerrado... Tuvimos un tour cerrado, todo firmado. El equipo estaba por embarcar para México y en el minuto 90 no habían recibido nada, no habían enviado nada, no answer the phone, nada. Desaparecieron. No cancelaron ni nada. Desaparecieron”, cuenta con amargura.

–¿Qué diferencias encuentran entre los públicos de los países en los que se presentan?

J. E.: –En la parte musical, el aplauso está siempre. Ahora, en la parte humorística, lo que tiene que funcionar, funciona. Los gags marcados funcionan para que se puedan reír en todos lados. Para mí, el mejor público es el de Argentina porque somos muy ruidosos, pero por ejemplo si saco la lengua acá es normal, pero si lo hago en Holanda no, porque son un poco más... pacatos. ¡Aunque después tienen a las putas en las vidrieras de la Zona Roja! Hay lugares de Europa en que el público la pasa súper bien por dentro, pero si aplauden parados son unos locos, y aquí en el Orfeo de Córdoba terminamos con 4500 personas paradas sobre las butacas. No se expresan igual, lo mismo que en la cancha... Por eso en Holanda no tienen rejas, y aquí tienes que tener una muralla.

Mayumana nació en Israel, y el nombre del grupo es una derivación de la palabra hebrea meyumanut, que significa “destreza”. En Tel Aviv está la sede principal, el Mayumana House, un teatro en el que un elenco estable está presentando Momentum al mismo tiempo que el elenco “internacional”, de gira por el mundo. “Para mí es lo ideal, trabajar en lo que realmente me gusta, viajar, conocer diferentes culturas: un día en España, otro Israel, Bélgica, Holanda, China...”, se entusiasma Elías. “Conoces gente, te vas haciendo amigos y te van quedando contactos en todo el mundo... Puedo ir y tengo casa. ¡No necesito hotel!”, bromea. Y Feigenbaum da cuenta de que ya conoció uno de los motivos de fama de Buenos Aires: “La parrilla argentina tiene alturas diferentes, y distintos fuegos, y si cambia... Es como aprender física en la universidad. ¡Tienes que saber como un experto! Están todo el día ahí...”, analiza.

Tanto tiempo de gira, con un elenco tan dispar en sus orígenes y tocando puntos del globo muy variados, es garantía de anécdotas. Feigenbaum recuerda con emoción la primera vez que se presentaron en Argentina, porque “después de uno de los shows aquí, en 2003, fuimos afuera del Gran Rex con todo el público gritando como en el fútbol, al Obelisco, aquí en el centro, y allí hicimos un jam con el público saltando, y los coches no podían pasar... ¡y eran las doce de la noche! Eso no se ve en todos lados”, confiesa. Y a Elías le dio más por el lado gastronómico: “Siempre que vamos varios a algún lado a comer, por ejemplo, aparece algún instrumento. Muchas veces terminamos en un bar cerrado, tocando. La última vez estábamos cenando todos para cerrar el tour en Holanda, y nos pusimos a tocar. Y de repente uno de los camareros empezó a tocar como loco una conga y toda la gente lo miraba raro, y fue el momento de silencio... Muchos quieren demostrar que pueden tocar con nosotros. A veces les sale, y a veces...”, dice, y se ríen.

* Momentum se presenta del 3 al 10 de septiembre (lunes, miércoles, jueves y viernes a las 21, sábado a las 19 y 22 y domingo a las 17 y 20) en el Gran Rex, Av. Corrientes 857.

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Momentum comienza sus presentaciones este jueves en el Teatro Gran Rex.
 
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