Jueves, 9 de diciembre de 2010 | Hoy
TEATRO › ANA ALVARADO Y EL CICLO GENEALOGíA DEL OBJETO
En el encuentro de espectáculos y performances que la directora coordina junto a Caro Ruy están presentes diversas combinatorias de trabajo con objetos en el campo de las artes escénicas y visuales. “Esta obsesión tiene que ver con el amor por lo ritual”, dice.
Por Cecilia Hopkins
Con el nombre de Genealogía del Objeto se está realizando un ciclo de espectáculos y performances teatrales coordinado por Ana Alvarado y Caro Ruy, en el Espacio Ecléctico de Humberto Primo al 700. Entre los participantes de la muestra hay discípulos de ambas especialistas en manipulación e intervención de objetos, ya que desde hace cuatro años ambas dictan talleres dentro de esa línea de investigación. “Teníamos ga nas de abrir un espacio de encuentro para la gente que está trabajando con objetos desde diferentes ópticas, tanto desde las artes visuales como desde la performance”, cuenta Alvarado en diálogo con Página/12.
Fundadora del Teatro Periférico de Objetos junto a Daniel Veronese y Emilio García Wehbi, la directora subraya: “Me gusta trabajar con gente que tiene mi misma obsesión por el objeto, algo que tiene que ver con el amor por lo ritual, con el mundo de la infancia y la recuperación del juguete”.
Alvarado entró al mundo del teatro desde las artes visuales: “Toda la vida me interesó la pintura, el ensamblaje. Y siempre me sentí atraída por el dadaísmo”, subraya. Luego de ver El gran circo de Ariel Bufano, Alvarado decidió estudiar con él y cuatro años después debutó en el teatro San Martín haciendo un reemplazo en el mismo espectáculo. Allí fue donde conoció a quienes serían sus compañeros en El Periférico y donde surgió la necesidad de investigar las posibilidades expresivas del objeto, “un tema que desde las primeras décadas del siglo XX crece en importancia con Marcel Duchamp, entre otros”. En efecto, Duchamp y el grupo Dadá pusieron al objeto en el centro de la escena, hacia 1916. Ya que el arte convencional no era más que “una intoxicación a la trementina” o “un producto farmacéutico para imbéciles”, esta pléyade de artistas descubrió que un objeto cotidiano (l’objet trouvé, esto es, “el objeto encontrado”) adquiría un nuevo significado con el solo hecho de exhibirlo como una escultura (su famoso orinal es un ejemplo) o bien practicándole alguna intervención, a los efectos de correrlo de sus funciones cotidianas, con la intención de provocar al espectador.
En el ciclo, que comenzó el jueves pasado, continúa hoy y finaliza el 16 en doble horario (ver recuadro), están presentes todas las combinatorias posibles de trabajo con objetos, tanto en el campo de las artes escénicas como en las artes visuales: objeto más cuerpo intervenido con proyección o sonido; objeto intervenido; objeto construido más cuerpo manipulado; objeto animado con tecnología; objeto construido o reformulado con fines artísticos, son algunas de las posibilidades.
–¿Qué es lo que le aporta al actor el trabajo con objetos?
–Para ellos, trabajar con objetos implica una actuación distanciada, porque se da un grado de afectación diferente del cuerpo.
–¿El interés por lo tecnológico está muy presente en este ciclo?
–En las instalaciones o en la construcción de robots se combina el interés por las artes visuales y la electrónica. La tecnología está cada vez más próxima al arte.
–¿Cómo entra el azar en este campo de investigación?
–El principio de la combinación azarosa decide qué nuevas funciones asume el objeto o bien qué nuevas formas, en caso de combinar partes de diferentes objetos y crear nuevos seres. El objeto ofrece posibilidades infinitas y apasionantes a todo aquel que tiene una mirada amorosa sobre su mundo.
–¿Cómo realizar una dramaturgia de objetos?
–Yo creo que se puede crear una dramaturgia para objetos partiendo directamente de la misma materia, para no hacer luego un trabajo de adaptación de un texto dado hacia una mirada objetual. ¿Para qué partir de la literatura, por qué no invertir el proceso?
–Usted también dicta clases en el interior. ¿Crece en el país el teatro de objetos?
–Estas propuestas circulan en pequeños encuentros. Pero hasta en festivales de teatro de títeres aparecen nuevas miradas sobre el teatro de objetos. Lo que ocurre es que el imperativo de la supervivencia obliga a los artistas a ganarse la vida con el teatro infantil. No ocurre lo mismo en otros países, como Francia o República Checa, donde hay encuentros internacionales de mucha importancia.
–¿Dónde se origina, en su opinión, esta pasión conceptual?
–La obsesión por el objeto tiene que ver con el amor por lo ritual, con el mundo de la infancia y la recuperación del juguete. Plantea un lugar intermedio, un cruce, que el espectador puede apreciar. Basta con amar las cosas.
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