Viernes, 21 de octubre de 2011 | Hoy
TEATRO › PACO Y OLIVERIO PRESENTAN HOY SU ESPECTACULO EN VIVO EN ARGENTINA, EN LA CLAC
El muñeco Oliverio y el ventrílocuo Paco (también conocido como periodista y escritor) dan un paso más en el planteo habitual de la disciplina, no sólo al incorporar música en vivo, sino también por abordar temas que suelen quedar afuera de las rutinas.
Por Facundo García
Paco y Oliverio son la vanguardia de la ventriloquia. En sus shows caben el humor pero también la opinión política y el punk. Y aunque la timidez de uno contrasta con la caradurez y los ojos de huevo frito del otro, ambos estarán hoy a las 22 en La Clac (Av. de Mayo 1155) para estrenar En vivo en Argentina, muestra de lo que ellos definen como “una posibilidad expresiva increíble y a menudo subestimada”.
–El muñeco –no se ofenda, Oliverio– suele ser el zarpado, pero seguramente hay algo más que eso. ¿Cómo se fue revelando el rol de cada uno de ustedes?
Paco: –Oliverio es un tipo muy inteligente, mucho más que yo. A la ausencia de superyó característica de los muñecos de ventriloquia (nosotros lo decimos sin acento, ambas formas son correctas) le suma el placer de contar historias, que le interesa mucho más que el tradicional bombardeo de chistes. Oli es, además, una estrella de rock. Yo soy consciente de que la gente lo va a ver a él, pero intento que mi personaje participe un poco más en el show, que no se reduzca a un mero tirador de centros para que Oli cabecee, lo cual no es fácil: tiene una personalidad avasallante.
Oliverio: –Lo que tiene que hacer este boludo es sostenerme sin que yo me caiga. Y lo hace bien: hasta ahora no me caí nunca.
Son dos calaveras. Dos dandies de esos que aún pueden quebrar –con cierta dosis de milagro– la monotonía de neón que cubre la ciudad. ¿Pero de dónde salieron? Conviene empezar por el principio: el manager de Paco y Oliverio es el escritor y periodista Daniel Riera. Todo comenzó cuando Riera hacía Buenos Aires Bizarro, guía de lugares, seres y situaciones extrañas de Buenos Aires. Un capítulo era sobre el Círculo de Ventrílocuos Argentinos (www.civear.org.ar), que –dicho sea de paso– es una entidad única en su tipo. Los artistas invitaron a Riera a su cena de fin de año y ahí la magia terminó de desatarse. Al final de la comida se hizo un sorteo, y un muñeco a estrenar llegó a las manos del cronista. Así nacieron Paco y Oliverio, en homenaje a Urondo y Girondo.
–¿En qué medida se metieron en la cotidianidad de Riera?
Oliverio: –A mí no me dan de comer, pero no hace falta. Y el Purvi, el perro de nuestro representante, me aceptó bien.
Paco: –En realidad somos tres, porque está Leticia en el elenco (se refiere a una muñeca de la misma “especie” que Oliverio). Me acompañan cuando me voy de viaje –tenga que actuar o no–, ayudan a que la vida sea más divertida, la pasamos bien juntos.
Oliverio: –Leticia no va a actuar en este show, tiene amigdalitis.
–¿Son de encarar mujeres así, de a dos?
Paco y Oliverio: –No hablamos de nuestra vida privada.
Igual no cuesta imaginar la escena. Sobre todo porque es vox populi que Oliverio admira la belleza femenina con todo el fervor que le permite su epidermis de plástico irrompible. Eso sí: a causa del estereotipo de los “muñecos malditos” el pobre debe tener que remarla. No sólo en las ocasiones de levante sino también a la hora de defender al arte que le da vida, del que van quedando cada vez menos cultores. Tras la muerte de Chasman, Chirolita está guardado en la caja fuerte de un banco –una ley del ambiente dicta que los muñecos no pueden ir de mano en mano–; y existen intérpretes de cabaret o infantiles que luchan día a día contra el estigma de Chucky.
–¿Por qué piensan que la ventriloquia se volvió un arte under? ¿Cómo se puede asociar “vanguardia” y ventriloquia?
Paco: –Las películas de terror, con el lugar común del muñeco poseído, ayudaron a esa marginalidad. El hecho de plantearse la idea de vanguardia en un arte tan subestimado es en sí mismo vanguardis-ta. Y nuestro representante no viene ni de la magia, ni del circo, ni de los cabarets, ni del café concert, como la mayoría de los ventrílocuos, sino de otros lugares que no son ni mejores ni peores, pero sí distintos: la literatura, el periodismo, el rock’n’roll. Eso da lugar a un contenido y a una búsqueda distinta, no sólo en cuanto al diálogo entre el ventrílocuo y su muñeco, sino en cuanto a la concepción del espectáculo.
–Homenajearon a Urondo en el aniversario de su asesinato. ¿Cómo es entrarle a la ventriloquia por el lado más político?
Paco: –Bueno, el maestro Chasman se jactaba de no hablar jamás con Chirolita de política, ni de religión, ni de fútbol, nada que pudiera dividir a su público. Con todo respeto, nosotros pensamos diferente. Oli tiene sus ideas y su manera de ver la vida y las expresa con claridad.
Oliverio: –Yo quiero hacer la revolución, el problema es que soy una gran estrella de rock y no tengo tiempo para las dos cosas. Cuando nuestro representante fue a presentar la reedición de La patria fusilada a Trelew, a la noche actuamos para un grupo de gente donde estaban nuestras amigas Raquel Camps y Angela Urondo (familiares de de-saparecidos). Les dedicamos nuestro hit “Etchecolatz se llevó a mi chica” y se cagaron de risa.
–¿Cómo será la presentación de hoy? ¿Qué cambios tuvo el espectáculo?
Paco: –Muchos y muy importantes. Es nuestro primer show en un teatro –venimos de bares, librerías, etc.–; el cambio de espacio escénico nos permite un espectáculo más integral, con una puesta de luces, videos –con la ayuda de mi amigo Mariano Lucano–, incorporar más músicos para que toquen con Oli. Vamos a estar acompañados por el guitarrista Marcos Matarazzi, el violinista Andrés Costantini y el cellista Guido Wardak...
Oliverio: –¡Y tenemos directora!
Paco: –La incorporación de Milagros Ferreyra al equipo fue fundamental para darle forma a ese cambio. Sin ella hubiera sido imposible.
Oliverio: –¡Y está buenísima!
* Si sus protagonistas sobreviven a los vicios de la madrugada, En vivo en Argentina volverá a presentarse el 4 y el 18 de noviembre a las 22, en La Clac.
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