Organizado por el Instituto Nacional del Teatro junto a otros organismos nacionales, además de otros provinciales y municipales de 150 localidades de todo el país, entre el 10 de septiembre y el 14 de octubre tendrá lugar el 8 Circuito Nacional de Teatro. Las características del encuentro, que unirá capitales, pueblos y ciudades en un recorrido que comprenderá más de 20.000 kilómetros desde La Quiaca y Tartagal a Río Turbio y

Ushuaia, fueron detalladas en una conferencia de prensa celebrada ayer en la Casa Nacional del Bicentenario, con la presencia de Guillermo Parodi, director del INT; Fabián Blanco, jefe de Gabinete de la Secretaría de Cultura de la Nación; Daniel Pico, jefe de asesores del Ministerio de Educación; Francisca D’Agostino, secretaria general del INT, y Verónica Fiorito, directora del canal infantil Pakapaka.

Esta nueva edición del Circuito Nacional de Teatro, que aún lleva el nombre de “Hacia el Bicentenario de la Independencia”, contará con una programación integrada por 17 espectáculos internacionales y 72 nacionales que realizarán, entre las sedes y sus extensiones, un total de 400 funciones, cuyas entradas tendrán un costo que oscilará entre 10 y 30 pesos.

En su intervención, Parodi destacó el carácter federal e inclusivo del circuito, cuyo objetivo es “llegar a la Argentina profunda con un arte como el teatro, instrumento de comunicación, transformación e intercambio cultural”. Asimismo, subrayó la importancia del evento teatral, al que definió como “un espacio de alegría y construcción, porque es una herramienta eficaz para reflexionar sobre la identidad cultural nacional”. Por su parte, Pico destacó que se realizarán funciones gratuitas para escuelas en muchas de las sedes del circuito, en tanto que Fiorito informó que se implementarán espectáculos, proyecciones y talleres en el formato de Aulas Rodantes, además de la Kermés Pakapaka, “espacio lúdico que invita a compartir las aventuras de Zamba en sus viajes por la historia argentina”. A su turno, Blanco afirmó que el circuito forma parte de la estrategia de “democratizar la cultura, llevando obras de calidad a lugares donde hay poca tradición teatral”.

Consultado por Página/12, Parodi se refirió al concepto de identidad nacional que intenta transmitir desde el organismo que dirige: “La identidad nacional tiene que ver con la cotidianidad. Está en el paisaje, en las costumbres, en cómo bailamos, comemos o hacemos música. Nuestra identidad está en el modo en que vemos el mundo, en cómo lo transitamos: eso es lo que nos constituye como argentinos. Por eso el teatro es una herramienta de expresión que nos conecta con todo esto a la vez. Pero más que como a un espejo, prefiero ver al teatro como a un prisma que dispara diversos colores a partir de una luz: el teatro puede ser de cámara, experimental o para toda la familia, pero desde todas sus formas nos muestra a nosotros en nuestra cotidianidad o bien nos deja imaginar mundos posibles”.

Entre los elencos internacionales que participarán del Circuito figuran los catalanes del Grupo Titzina, con Distancia siete minutos, sobre las diferencias entre padres e hijos; la agrupación canadiense Le Carrousel, con El ruido de los huesos que crujen, sobre la infancia en tiempos de guerra y anarquía; los sudafricanos del Baba Yaga Theatre, con Inua, espectáculo multicultural de danza, música y poesía; el grupo peruano Teatro del Milenio, con el espectáculo musical Kimba Fa, y los nicaragüenses del Teatro de los Sin Vergüenza, con Marx ha vuelto, unipersonal de Leandro Sánchez Arauz. Presente en el lanzamiento del Circuito, el argentino residente en Italia César Brie participará por cuarta vez en la programación del Circuito, esta vez dirigiendo al Emilia Romagna Teatro, con sus obras Karamasov, ¿te duele? y su unipersonal Arbol sin sombra, sobre la masacre ocurrida en el departamento boliviano de Pando. “Las giras del circuito son durísimas por la cantidad de kilómetros que es necesario recorrer para hacer cada función –admitió Brie en conversación con este diario–, pero la reacción del público y la calidez con que son recibidos los artistas valen todos los esfuerzos”, fue su conclusión. Subrayó, además, que “en Italia no existe un corredor teatral como éste ni un sostén para la escena nueva o alternativa. Por otra parte, allá tampoco la gente tiene una relación tan inmediata y necesaria con el teatro como en este país”.