“Será un festival que irá sobre los bordes, corriendo límites y ampliando los umbrales de la creatividad.” Con esas palabras, el ministro de Cultura de la Ciudad, Hernán Lombardi, definió la IX edición del Festival Internacional de Buenos Aires (FIBA) en el Centro Cultural Buen Ayre. Junto a Darío Lopérfido, director artístico del evento bianual, el funcionario aseguró que “de todos los festivales, éste es el que nos demandó un mayor trabajo curatorial y un desafío presupuestario”. El festival, que se realiza a partir del intercambio y coproducción con otros festivales europeos, según se puntualizó, tendrá lugar entre el 4 y el 20 de octubre próximo en 27 sedes del circuito cultural y teatral localizadas en diversos barrios de la Ciudad. Sin contar con el aporte de instituciones extranjeras, la realización del FIBA demandará unos 12 millones de pesos. El costo de las entradas será de 25 pesos para las obras nacionales, en tanto que los espectáculos internacionales fluctuarán entre 50 y 90 pesos.

“Nuestro desafío –continuó Lombardi– fue armar un festival de las artes escénicas que fuese atractivo para una ciudad como ésta, que cuenta con una oferta teatral de excelencia, tanto en su circuito independiente como alternativo y oficial. Buscamos espectáculos que movilicen a nuestro público, combinando lo innovador con lo masivo, lo que no tiene cabida en la escena comercial, con lo multitudinario”, explicó. Lopérfido dio un ejemplo de lo expuesto por Lombardi: el acto inaugural del FIBA estará a cargo de la compañía francesa Ilotopie con un espectáculo que ofrecerá en el Dique 2 de Puerto Madero, con entrada libre y gratuita. Consistirá en una intervención sobre agua, con “personajes fantasmagóricos, batallas de fuego, vuelos musicales y maquinarias incandescentes que buscan evaporar lo esperado y dar voz a un mundo diferente”, según el detalle del material de prensa.

Otra cuestión que ambos funcionarios destacaron fue la voluntad de hacer del FIBA una base de lanzamiento del teatro argentino hacia el exterior. En ese sentido, Lopérfido se refirió al FIBA como “una herramienta exportadora de nuestro teatro, para que los 50 programadores de festivales extranjeros invitados asistan a los 36 espectáculos nacionales y luego tengan contacto con los artistas”. Otra de las novedades de esta edición será un espacio dedicado a films relacionados con las artes escénicas; habrá 20 funciones gratuitas de 11 películas seleccionadas en colaboración con el Bafici, entre las cuales destacó aquellas que hacen foco en las producciones de Peter Brook, Ariane Mnouchkine, Romeo Castellucci y Marina Abramovic, entre otros artistas.

Asimismo, se anunció que durante el FIBA se realizarán encuentros con dramaturgos del exterior, en virtud de un acuerdo con el Festival EÑE, de España. Por otra parte, de la gran cantidad de talleres, mesas redondas y conferencias, Lopérfido destacó la presencia de los alemanes Jan Pa-ppelbaum y Dea Loher, escenógrafo y autora, respectivamente, de dos de los espectáculos programados: “Buscamos que el FIBA sea un concepto, que favorezca la discusión intelectual y que no sea solamente una sucesión de espectáculos”, afirmó.

En cuanto a la programación internacional, Lopérfido informó que el festival contará con 20 espectáculos de directores y compañías de Alemania, Australia, Bélgica, Chile, Congo, Francia, Italia, México, Polonia, Reino Unido y Uruguay. El director del FIBA destacó el montaje del belga Jan Fabre, El poder de la locura teatral, “una performance histórica, realizada 30 años atrás, de 4 horas y media de duración, que introducirá al público en una experiencia que reunirá actuación, danza y música”. Anunció, además, que la programación cuenta con espectáculos dirigidos por el alemán Thomas Ostermeier (Un enemigo del pueblo, estrenado el año pasado por la Schaubunhne), el italiano Romeo Castellucci (Sobre el concepto del rostro del hijo de Dios), el congoleño Dieudonné Niangouna (Shéda), el británico Matthew Lenton (Interiores, por la compañía Vanishing Point), el uruguayo Roberto Suárez (Bienvenido a casa, por el Pequeño Teatro de Morondanga), la chilena Manuela Infante (participa con dos obras, Cristo y Zoo) y el grupo mexicano Lagartijas tiradas al sol, que presentarán El rumor del incendio, obra que condensa la historia mexicana de los ’70 hasta la actualidad. En referencia a estos últimos, Lopérfido los incluyó entre “los creadores de mayor vitalidad del teatro latinoamericano de los últimos años”.