Domingo, 29 de marzo de 2015 | Hoy
TEATRO › FESTIVAL HUMORIS CAUSA EN EL CENTRO CULTURAL DE LA COOPERACION
Hasta el 17 de abril, el ciclo está dedicado a visibilizar trabajos en los que se conciben nuevas formas, procedimientos y recursos para entender la temática humorística. Cinco espectáculos bien diversos integran la programación.
Por Paula Sabatés
A pocos días de finalizado el Festival Novísima Dramaturgia Argentina, el Centro Cultural de la Cooperación dio comienzo a otro de gran magnitud: el Primer Festival Humoris Causa, iniciativa del Area de Varieté y el Area de Investigaciones en Ciencias de Arte, ambos parte de la institución. Con cinco espectáculos bien diversos que se verán hasta el 17 de abril, el ciclo está dedicado a visibilizar trabajos donde se conciben nuevas formas, procedimientos y recursos para entender el humor. Además hay mesas debate con los artistas, que teorizan sobre el quehacer teatral propio y el de los compañeros. “El objetivo es reivindicar el humor como arma. Ultimamente a cualquiera que es gracioso le dicen que tiene que ser clown. Y a lo mejor puede ser un buen payaso, pero eso sólo no alcanza. Hay que entender de dónde nace el humor para ahondar en los distintos géneros que lo componen”, dice a Página/12 Lucía Salatino, investigadora, actriz y curadora del festival.
Esa preocupación de Salatino –el hecho de que el humor sea pensado como algo que puede hacer cualquiera, y no como una verdadera búsqueda, compleja y dedicada– llevó a las organizadoras del ciclo (también está a cargo Laura Rauch, que es la productora) a programar obras que tuvieran una larga trayectoria en el medio. “Las piezas elegidas están consolidadas, son emblemas del humor desde hace mucho tiempo. Con esto buscamos no sólo darles más legitimidad a quienes ya se profesionalizaron dentro del humor, sino también darle un empujón a la nueva generación que está arrancando a hacer reír. Que vea que se puede llegar y que ahora hay un espacio para mostrarse”, explica Rauch, también investigadora. Marcelo Savignone, Hermes Gaido, Luciano Rosso, Jorge Costa, Roberto Sánchez y Manuel Mansilla fueron los directores elegidos por esa característica central, además de por la calidad y lo distintivo de sus propuestas.
El primero en subirse al escenario del CCC fue Savignone, que montó el espectáculo Vivo, que él concibió, dirige e interpreta. Se trata de un trabajo experimental de improvisación en el que la utilización de máscaras balinesas como soporte poético conecta al público con las raíces del llamado “teatro del actor”. Le sigue Urraka!, una obra escrita y dirigida por Gaido y Rosso, que se verá el jueves próximo en la misma sala y el mismo horario. Este espectáculo consta de coreografías donde el cuerpo de los intérpretes se convierte en el único instrumento sonoro, que invitará al público a moverse junto a los intérpretes Emmanuel Calderón, Ludmila Gallardo, Roberto González, Cristian de Castro, Lucas Rivarola, Pedro Rodríguez, Juan Gudiño y los dos creadores. Todos ellos –los participantes de ambas obras– formarán parte de la primera mesa debate, que se realizará el viernes 3 de abril a las 19 en la Sala Giribaldi y será con entrada libre y gratuita, sujeta a la capacidad de la sala.
La semana que le sigue a ésa será el turno de Un poyo rojo, también dirigida por Gaido, que se plantea como un cruce entre la danza, el deporte y la sexualidad, y que explora los límites del lenguaje contemporáneo y el teatro físico. Por último, el jueves 9 se verá Tamorto (Romance de Arlequín y la muerte), escrita y dirigida por Jorge Costa y Roberto Sánchez, y el jueves 16 Cóctel, del titiritero lomense Manuel Mansilla. La primera cuenta la historia de Arlequín, a quien una adivina le predijo que, el día que dedicara más tiempo al sueño que al alcohol, moriría a las doce de la noche. La obra se centra en ese día y en lo que sucederá con el protagonista, que para las ocho de la noche aún duerme. La segunda obra abarca cuatro historias creadas y contadas con diferentes técnicas de títeres y teatro de objetos, que hacen foco en el amor, la vida, la amistad y la muerte, y que ayudarán al público a reflexionar junto con el titiritero y sus muñecos. Las tres propuestas se verán en la Tuñón, también a las 21.30. Los participantes de estas últimas obras participarán de la segunda mesa de debate, el viernes 17, a las 19.
“Es más difícil hacer reír que hacer llorar, aunque se crea lo contrario”, afirma Rauch, en defensa de ese registro que da vida al festival. “Al ser la risa una manifestación inmediata, en una obra de humor te pasa que si la gente no se ríe rápido tenés un problema. En cambio en una obra más dramática podés conmocionar al público sin hacerlo llorar, y eso está bien”, argumenta. Y Salatino agrega: “Es mucho más difícil remontar algo si el público no se ríe que si no llora. Hacer reír es un acto de coraje y de responsabilidad, porque los espectáculos hablan de cosas que pueden ser tremendas. Desde el humor se pueden denunciar un montón de cosas que de otra forma no. ¿O acaso los bufones no eran los únicos que se animaban a decirle al rey lo que el común de los mortales no podía?”, sentencia. Ambas esperan que esta primera edición de Humoris Causa dé vida a muchas más. “Porque el humor es necesario. Y también muy poderoso”, concluyen.
* Las localidades para todos los espectáculos tienen un precio único de $100. Se pueden conseguir por Alternativa Teatral, en la boletería del Centro Cultural (Av. Corrientes 1543) o por medio de la página del festival: humoriscau sa.wix.com/humor.
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