Lunes, 28 de marzo de 2016 | Hoy
TEATRO › PRENDIERON VELAS EN LA PUERTA DEL TEATRO SAN MARTíN
Artistas, trabajadores de la cultura y público en general se reunieron para intentar “revivir” ese emblema de la vida porteña que está cerrado desde diciembre y no tiene actividad programada de acá a fin de año.
Por Paula Sabatés
Un poco en serio, un poco en chiste, la actriz dice a Página/12: “Estamos velando a un muerto”. Podría ser: decenas de personas agrupadas, con caras de tristeza y preocupación, prenden una vela, la dejan en el piso y se corren dando paso al que viene detrás. Algunos están en silencio. Otros, que fueron en grupo, comentan lo triste de la situación. Los que pasan por allí e ignoran lo que ocurre se acercan, preguntan, opinan, sacan fotos. Muchas fotos. Cientos de fotos. Hace tiempo que en la puerta del Teatro San Martín no hay tanta gente. Este año, de hecho, nunca hubo tanta como esta tarde de domingo, en la que artistas, trabajadores de la cultura y público en general se reunieron para intentar “revivir” a ese emblema de la cultura porteña que hace meses (años) agoniza en la avenida de los teatros, la música y la actividad cultural.
La de ayer a la tarde no fue una acción aislada, pero sí una que aunó varios reclamos. Al pedido concreto de políticas culturales para los teatros del Complejo Teatral de Buenos Aires y en especial para el San Martín (cerrado desde diciembre y sin actividad programada para el resto del año), se sumaron reclamos por las boletas de luz con aumento que recibieron las salas independientes, la lentitud en el otorgamiento de subsidios y líneas de fomento para palear las consecuencias del ajuste, los recientes despidos en la Biblioteca Nacional y las acciones de vaciamiento que desde diciembre vienen ocurriendo en el ámbito cultural. También un reclamo, quizás el más enérgico por estos días, que la comunidad viene haciéndole hace semanas al gobierno de la Ciudad: la renuncia “indeclinable e inmediata” del actual ministro de Cultura porteño, Darío Lopérfido, también director artístico del Teatro Colón.
Organizada por el Colectivo de Resistencia Interdisciplinario de Arte (C.R.I.A), surgido en las últimas semanas “frente a la avanzada neoliberal que también se ve en el ámbito cultural”, la acción fue convocada a propósito del Día Mundial del Teatro (que fue justamente ayer) y tuvo por objetivo pedir por un plan cultural para la Ciudad y más específicamente luchar porque se termine con el vaciamiento al Teatro San Martín, que hoy está prácticamente falto de todo contenido y toda actividad. “La idea era hacer una acción poética, sin un discurso político particular, y que cada uno prenda una vela en nombre de lo que crea y quiera”, deslizó a este diario Mónica Santibañes, actriz e integrante de la flamante organización.
Así, desde las 18, distintas personas se fueron juntando en la puerta central del gran teatro público con una vela y un deseo. Como Paola Barrientos, que estuvo desde temprano sentada en el pequeño escalón del edificio, y no se fue hasta que los últimas llamitas se apagaran. “Yo hice Las Criadas en el Alvear en el 2012 y después cerró. A veces pienso que fui yo que hice algo malo”, bromeó la actriz, que estuvo acompañada por su colega Eugenia Alonso, quien también protagonizó en 2014 una de las últimas grandes producciones del San Martín, la obra Almas Ardientes. “Acostumbrarnos a que los teatros estén cerrados me resulta doloroso, así que vine a prender mi vela para decir que no estamos quietos y que no nos parece bien que eso este sucediendo”, aseguró Barrientos.
Al igual que ella, varios artistas (sobre todo actores) de distintos circuitos dijeron presente. Como Roly Serrano, que también prendió su vela, o Claudio Tolcachir, que llegó poco antes del final y afirmó: “Estamos seriamente preocupados por el panorama que se nos presenta y venimos a pedir que haya una política de estado que nos represente o que al menos no nos complique más.” “También a pedir que se vaya nuestro representante en cultura, que tiene una ideología con la cual estamos absolutamente enfrentados y que nos duele y nos da vergüenza. Es intolerable, atrasa y ofende que cualquier persona diga lo que dijo Lopérfido, pero es peor que él sea el ministro de cultura, con quien deberíamos poder dialogar”, sentenció.
Para las próximas semanas, C.R.I.A planea otra concentración en las puertas de la Biblioteca Nacional, en repudio a los 240 despidos a trabajadores que se efectuaron a principios de la semana pasada. Sin fecha confirmada aun, la idea será, nuevamente, la de una acción poética que pida por derechos y ponga sobre la mesa la falta de política cultural. O, mejor dicho, la clara elección de una que parece tender al vaciamiento de actividades, programaciones y significados. Sobre todo de esto último.
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