TEATRO › UN EMOTIVO HOMENAJE A ALFREDO ALCóN, EN UN TEATRO MAIPO REPLETO
La excusa fue la presentación del libro Los caminos de Alfredo Alcón, del historiador e investigador Mario Gallina, y un corto documental. Pero el grupo de artistas que se unió en un cálido abrazo final quiso, ante todo, tributar a la figura de un actor inolvidable.
“Alfredo Alcón sigue llenando teatros”. La observación primera del actor Francisco Pesqueira frente a un Teatro Maipo repleto no pudo ser más acertada para dar comienzo a la ceremonia en homenaje al gran actor argentino que se realizó el lunes por la noche. Allí, cientos de personas se reunieron para la presentación del flamante libro Los caminos de Alfredo Alcón, que el historiador e investigador Mario Gallina acaba de publicar. De la jornada participaron además Susana Rinaldi y Oscar Barney Finn, quienes dieron testimonio de su relación con el actor fallecido en abril de 2014. También se escuchó un audio que sirvió de adelanto para presentar un corto documental sobre su vida, con idea y dirección de Julio Uyúa. Lo más emotivo estuvo al final, cuando un grupo de actores que trabajaron con Alcón se reunieron en el escenario para recordarlo en un cálido abrazo final.
Desde temprano se juntó mucha gente sobre la calle Esmeralda. La entrada al evento era gratuita, pero esa no fue la razón por la que desbordó el Maipo. El verdadero motivo lo explicó Gallina, un rato después de empezar el acto, cuando aseguró que Alcón “supo amalgamar dos facetas difíciles de juntar, como son la popularidad y el prestigio”. Se notó en el público, mezcla de espectadores y fanáticos (en su mayoría adultos mayores) y críticos e investigadores. Se nota también en las páginas de flamante edición, que recorre la infancia del actor, su paso por el conservatorio de arte dramático, su etapa en cine, su larga trayectoria en teatro, su recorrido por televisión, sus placas discográficas y su amor por la radio. Porque todos quienes allí prestan testimonio destacan esa doble significación que Alcón supuso para el arte teatral y para la gente, que lo acompañó hasta su último día en un velorio multitudinario en el Congreso de la Nación.
Susana Rinaldi fue la encargada de abrir el acto –previa presentación de Pesqueira, que lo condujo– y rompió el hielo con una máxima: que la voz es un artilugio que no muere con uno. A continuación, la actriz y cantante leyó parte de su intervención en el libro, en el que cuenta, entre otras cosas, que con Alcón tuvo su debut profesional en El farsante más grande del mundo, en 1959, y que también fue junto a él que debutó en la figura de primera actriz, unos años después, en Orfeo desciende, de Tennessee Williams. “Alfredo fue el tipo más humilde que he tenido oportunidad de conocer. Es el más grande y sin embargo aprendí de él eso de no creérsela”, leyó visiblemente emocionada en recuerdo a quien definió como un hombre “poco común y corriente”. “Tus colegas, para quien sos un referente, te admiramos y respetamos. Gracias por reunirnos hoy acá”, sentenció.
Le siguió el turno a Oscar Barney Finn, también muy cercano al actor de la voz inconfundible, quien centró su intervención en elogios a la publicación. “Alfredo fue un actor inmenso con el que he tenido la posibilidad de compartir mucho y agradezco a Mario (Gallina) la tarea de seleccionar, interpretar y exponer tantos testimonios que permiten al lector descubrir cosas nuevas sobre él”, destacó, a la vez que se confesó “emocionado” por haber encontrado también, en esas páginas, “frases que alguna vez le he oído decir” a su amigo y colega.
Cuando ambos artistas hubieron terminado, Gallina comenzó su relato, que se extendió hasta el final del acto. Hizo algunos agradecimientos (a Jorge Dubatti y Javier Daulte, entre otros, por haber escrito prólogo y epílogo del libro, respectivamente), contó la historia de su investigación –que comenzó en 2009, mucho antes de la muerte de Alcón– y reveló su admiración por el actor, de quien fue espectador en su debut teatral, a los 9 años. “La de Alfredo era una vida que merecía ser revisitada”, sentenció luego de recordar algunos de los hitos más importantes de la carera del actor, como su papel de John Proctor en Las Brujas de Salem, o su recordada interpretación en Los caminos de Federico (de la que el título del libro toma su nombre), papel que le valió ser, para muchos, “la voz de Lorca en Iberoamérica”. “No es fácil encontrar una figura que forme parte del imaginario cultural como lo hace él. Quizás no fue el mejor actor argentino de todos los tiempos, pero sí se constituyó como el más grande referente de los intérpretes nacionales”, dijo el autor que reside en Miramar, mientras la platea y los palcos del Maipo rompían en aplausos. Antes de terminar, el conductor llamó a teatristas que hubieran compartido algún trabajo con Alcón a que se acercaran al escenario. Libertad Leblanc, Cristina Banegas, Jorge Rivera López, Héctor Giovine, Virginia Lago, Juan Carlos Puppo, Lidia Catalano y Santiago Doria fueron solo algunos de los que se acercaron. En su abrazo, primero para la cámara y luego para sí mismos, hubo algo de eso que Rinaldi había sintetizado un rato antes: admiración y respeto eternos para el “más querible de los actores argentinos que pisó un escenario”.
* El libro Los caminos de Alfredo Alcón se consigue en librerías o también a través del blog del autor mariogallina.blogspot.com.
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