En febrero de este año el Centro Latinoamericano de Creación e Investigación Teatral (Celcit) hacía un llamado a la comunidad teatral buscando un nuevo espacio donde desarrollar sus tareas. El predio que alquila desde hace catorce años en Bolívar 825 se ponía en venta. Si bien los dueños no pedían el retiro inmediato, la situación exigía en principio modificar la programación y menguar la actividad docente. De las numerosas tratativas llevadas a cabo desde entonces hasta hoy por el presidente de la entidad en Argentina, el actor, dramaturgo y director Juan Carlos Gené, y el director de la institución, Carlos Ianni, una acaba de concretarse con la Fundación para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Fecic). Se le ofrece alquilar el subsuelo del inmueble ubicado en Moreno 431. En diálogo con Página/12, Ianni cuenta que ya se ha firmado un preconvenio “en el que se establecen las condiciones macro del acuerdo” y que en los próximos días se suscribirá el contrato. Pero allí no acaban los problemas. “La inversión a realizar es enorme. Las instituciones oficiales de apoyo a la actividad teatral (Instituto Nacional del Teatro, Fondo Nacional de las Artes y Proteatro) han comprometido la mayor ayuda posible. Y ya sabemos –por las entrevistas que hemos mantenido en estos días– que esa ayuda será escasa, apenas una pequeña parte del costo total del proyecto”, puntualiza Ianni. De ahí que se realizarán funciones especiales y talleres cuya recaudación será destinada íntegramente a las obras de refacción.

–¿Cuáles son las condiciones del Fecic?

–El convenio nos ligará al espacio de la calle Moreno, por lo menos los próximos diez años (cinco, con opción de parte nuestra a otros cinco). La Fundación nos cederá en uso el subsuelo a cambio de un porcentaje de los ingresos producidos por cursos y funciones, con un seguro mensual, quedando a cargo nuestro las obras para adecuarlo a nuestras necesidades y a los requerimientos de la legislación vigente.

–¿Qué se necesita para poner a punto el lugar?

–Este es el subsuelo de una casona de alrededor de 1910 donde originalmente funcionaba una imprenta. Cuenta con dos plantas que suman algo más de 500 metros cuadrados. El anteproyecto implica la construcción de una sala de espectáculos, con dos y tres frentes de espectadores, con capacidad para 100 a 150 personas, cabina de luz y sonido, sala de ensayos, camarines, baños, oficinas y depósito. Pero esto dependerá de la ayuda que consigamos. Si ésta no es suficiente y no nos da el cuero para, de movida, realizar el proyecto en su totalidad, encararemos los arreglos del espacio para llevar a cabo las actividades pedagógicas y, de a poco, las necesarias para que pueda funcionar como sala teatral.

–¿Cómo reorganizarán mientras tanto las funciones y los talleres en curso?

–A mediados de julio comenzarán a presentarse en el Celcit las funciones especiales a beneficio de nuestros espectáculos, a las que se sumarán las de otras salas, y en agosto coordinaremos una serie de talleres ofrecidos por docentes que han resuelto donar sus honorarios.

–¿Cuál es básicamente la labor del Celcit?

–El Celcit viene trabajando desde hace más de treinta años por el teatro iberoamericano. Es la única institución independiente, no estatal y sin fines de lucro al servicio de la comunicación de los teatristas de América latina, España y Portugal, y un espacio propicio para la investigación, formación y difusión de las artes escénicas iberoamericanas en el mundo. Quienes hemos tenido la responsabilidad de conducirlo en este tiempo no podemos resignarnos a su pérdida. A partir del acuerdo con el Fecic y con la ayuda de todos, aspiramos a inaugurar la nueva sede durante el primer trimestre de 2008.