Sábado, 14 de julio de 2007 | Hoy
TEATRO › ENTREVISTA AL AUTOR Y DIRECTOR JOSE MARIA MUSCARI
En el marco del ciclo Biodrama estrenará en el teatro Sarmiento Fetiche, una obra inspirada en una fisicoculturista.
Por Cecilia Hopkins
La 12ª obra del Proyecto Biodrama será una puesta de José María Muscari. En Fetiche, tal es el nombre del espectáculo, podrán reconocerse todos y cada uno de los rasgos característicos de la producción del autor de Mujeres de carne podrida, Shangay y Dame morbo: actrices glamorosas, desenfreno musical y vestimentario, despliegue espacial. Con un elenco integrado por Edda Bustamante, María Fiorentino, Hilda Bernard, Julieta Vallina, Carla Crespo y Mariana A., la obra se presentará, a partir del 19, de jueves a domingo en el teatro Sarmiento (Avenida Sarmiento 2715). La coreografía pertenece a Gabriela Barberio, la música original, a Mauro García Barbe, la iluminación, a Marcelo Alvarez, y la escenografía y el vestuario, a Marta Albertinazzi. Esta es la obra número 21 del joven autor y director. Al mismo tiempo, es la primera vez que dirige en un ámbito oficial, hecho que no le hizo siquiera pensar en cambiar su acostumbrado estilo de puesta: según sus palabras, el nuevo espectáculo mantendrá “una fidelidad a ultranza a la estética y el código que vengo desarrollando en todas las obras anteriores”, según aclaró en una entrevista con Página/12.
La persona elegida por Muscari para cubrir los requisitos de la convocatoria (ver recuadro) fue la fisicoculturista Cristina Musumesi quien, además de ser presidenta de la Federación Argentina de Musculación, es teóloga y diplomada en salud sexual. La puesta en escena se propone multiplicar a la protagonista enfocándola desde diversos puntos de vista. Así, este “combo de actrices eclécticas y heterogéneas” la representarán teniendo en cuenta su percepción de lo sexual (Bustamante), lo intelectual (Florentino), lo masculino (Mariana A.) su relación con la comida (Vallina) y desde las imágenes de su juventud (Crespo) y futura madurez (Bernard).
–¿Suele concurrir a gimnasios?
–Sí, voy desde hace unos 8 años. Me pasa que dentro del gym me gusta estar solo: como mi trabajo, en general, es estar con mucha gente, cuando hago cinta, spinning o pesas, me conecto sólo con mi cuerpo. Es un lugar muy donde me gusta parar la pelota y registrarme. Pero, a pesar de que me gusta ir, también me cuesta. Pura contradicción, como la vida.
–¿Por qué pensó en inspirarse en la vida de una fisicoculturista?
–Cristina Musumesi era mi entrenadora personal. En los descansos, entre serie y serie, hablábamos de teología, nos recomendábamos películas... Es que, además de fisicoculturista, ella es teóloga y especialista en salud sexual. Es una mujer con mucha interioridad o, mejor dicho, con mucha espiritualidad. Y la idea del fisicoculturismo está tan relacionada al culto puro del cuerpo, que me impactó en ella esa contradicción. Yo siempre tomo a la mujer como icono de belleza para mi obra, pero también como icono de diversión, inspiración y reflexión.
–¿Por qué decidió multiplicar a la protagonista?
–Básicamente porque ella me pareció siempre mucha mujer. Incluso, Julieta Vallina, al conocerla, dijo: “Me parece que se necesitan muchas minas para poder hacer muy bien a esta Cristina real”. Así que me gusta que éste sea el primer Biodrama de todo el ciclo que toma un solo personaje y que, para contar esa vida no se vale de otras aliadas, sino que se basa exclusivamente en esa persona, en su exterior, en sus conductas, sus mañas, sus gustos, contando con el color particular de cada una de estas seis actrices.
–¿Por qué define a su espectáculo como el show de una vida?
–Porque el show atraviesa de verdad este biodrama: me valgo de una gran instalación multimedia, habrá humo, burbujas, canciones en vivo, muchos cambios de ropa muy shocking, aparatos de ejercicios, imágenes en televisores, proyecciones de video superpuestas. Es un espectáculo muy musical que va desde el regaetton, pasando por la cumbia, el bolero y el hip hop. Es una bomba escénica, con música original de Mauro García Barbe y coreografía de Gaby Barberio, del grupo El descueve.
–¿Cree que Fetiche realiza un aporte al ciclo?
–No vi en ningún Biodrama encarar una vida desde el show sin temerle al humor pero con compromiso, rigor y respeto. La palabra show está falsamente asociada a lo frívolo, a lo pasajero, a la idea del entretenimiento vacuo y creo que este espectáculo es todo lo contrario, porque surge desde las entrañas de una mujer “partida en seis pedazos que luchan con garras de leona”.
–¿Por qué lo llamó fetiche?
–Básicamente, porque el tema del cuerpo es mi fetiche personal y porque el fetiche en sí mismo también es mi tema. Ahí está mi biodrama dentro del biodrama. Y el fetiche de las actrices, quienes juegan también con sus límites personales. También creo que elegir una persona, investigarla para pasarla por mi filtro y poetizarla, es una forma de fetichizar un vínculo. Y, por último, si uno mira la foto de Cristina, ella es realmente un fetiche en todo su esplendor, donde cada cual pueda proyectar su propio fetiche.
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