Príncipes, otra historia de amor. Sábados de octubre a las 16. Sala La Huella, Bulnes 892. Recomendado a partir de 4 años. Entrada: $ 25.

El príncipe Carlos tiene una madre que es una reina que todo lo puede, todo lo resuelve, todo lo abarca. Llega el momento de suceder a esa madre, y para él ya hay preparado un trono dorado último modelo, con palanca automática de cambios. Claro que, para ocuparlo, antes tiene que casarse. Frente a Carlos desfilan las princesas candidatas a esposas, pero él no llega a decidirse por ninguna. Hasta que aparece otro príncipe, con quien se ríe, se entusiasma, se entiende de maravillas. La historia de amor que parecía esa para la que todos han sido preparados desde niños es parecida pero diferente: Carlos descubre que su corazón le pertenece a otro príncipe.

La propuesta de la compañía La Quimera es la de un espectáculo de títeres manipulados de lo más tradicional. También la estructura de la historia. “Las historias de príncipes y princesas forman parte de nuestra infancia desde siempre. Ellas estimulan nuestras naturales ansias de aventura y con ellas puede instalarse también una visión limitada acerca del amor y la felicidad. Por eso muchas veces se ha criticado a esas historias. Sin embargo, estos cuentos tradicionales no han perdido su capacidad de ayudar a niños y niñas a construir sólidas estructuras en su fantasía, a reforzar su capacidad de imaginación y creatividad y a ampliar su mundo y sus experiencias”, explican los creadores de Príncipes, otra historia de amor, a cargo de Eleonora Castel y Antonio Quispe, dirigida por Adriana Sobrero.

Es por eso que, en lugar de descartarlas, apostaron a resignificar estas historias tradicionales que alimentan desde siempre la imaginación e los chicos. Reforzando un único mensaje: la felicidad y el amor les pertenecen a todos; las historias de amor no suceden de una sola manera; ser felices, y hacer felices a los demás, es seguir lo que dicta el corazón. La puesta es auspiciada por la Federación Argentina LGBT (Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans). Con recursos simples y directos, es una manera de empezar a construir la idea de diversidad como algo natural, ya dado, cotidiano. Y tiene la virtud de abordar el tema obviando bajadas de línea didácticas y de no centrar el conflicto en la elección sexual de los personajes, sino en la búsqueda y, finalmente, el logro del amor. La gran búsqueda en las vidas de todos y todas.