Viernes, 30 de septiembre de 2011 | Hoy
TELEVISION › EL GOBIERNO DE LA CIUDAD DESPIDIO A QUINCE TRABAJADORES DE CIUDAD ABIERTA
Bajo la figura de “no renovación de contratos”, el GCBA dio un nuevo paso en el vaciamiento de la señal. Entre los quince despedidos se encuentra un delegado sindical y una embarazada. Al cierre de esta edición se abría una nueva posibilidad de negociación.
Por Emanuel Respighi
Muchas veces no es necesario anunciar lo que uno piensa hacer con algo para lograr su objetivo. En la política, en ocasiones, basta con no priorizar un área para quitarla de la agenda mediática y, sin llamar la atención, ir despojándola de presupuesto hasta dejarla abandonada a su mínima expresión. Algo de eso es lo que sucede con Ciudad Abierta, el canal perteneciente a la Secretaría de Comunicación Social de la Ciudad de Buenos Aires, al que Mauricio Macri anunció “cerrar” desde una mera visión comercial en la campaña previa a su primera asunción de la jefatura porteña, pero que por presión de las personalidades de la cultura mantuvo al aire muy a su pesar. El último capítulo del triste presente de Ciudad Abierta se produjo hace unos días, cuando el gobierno PRO decidió no renovarle el contrato a 15 trabajadores –de los 45 que tiene el canal–, incluyendo a una embarazada y al delegado sindical. Una decisión que volvió a poner en estado de asamblea permanente y emergencia a los trabajadores de un canal que, antes de la actual gestión, supo tener una planta de 150 empleados.
La última semana de Ciudad Abierta sintetiza la política que tuvo el PRO para un canal que fue objeto de celebraciones de sectores políticos y culturales por la búsqueda estética y narrativa que lo había signado desde su creación, en 2003. En materia artística, el director de programación, Carlos Pugliese, dio de baja los 10 programas que desarrollaron los trabajadores del canal y decidió pasar personal (productores y camarógrafos) al ECA (Equipo Ciudad Activa), que cubre los actos de gobierno. A su vez, el viernes pasado, Pablo Gaytán, secretario de Comunicación Social del GCBA, informó la no renovación de 15 contratos (incluyendo al delegado sindical Sergio Bilotte y a una embarazada) por decisión de Recursos Humanos del gobierno. “Cuando le preguntamos las causas, dijo: ‘Porque no trabajan’. Lo que es totalmente falso”, señaló a Página/12 Ricardo Balado, subdelegado de ATE.
Ayer, trabajadores de CA se reunieron con representantes del GCBA para tratar de alcanzar un acuerdo. La propuesta de los empleados fue que se dé marcha atrás con los despidos y todo vuelva a fojas cero por tres meses, período en el que una persona elegida por las autoridades fiscalice si los empleados cumplen o no sus funciones. Luego de un cuarto intermedio, el gobierno rechazó la propuesta y se mantuvo inflexible. Hasta ese momento, lo único concreto era la invitación que la Comisión de Comunicaciones de la Legislatura le cursó a Gaytán para que brinde explicaciones. Sin embargo, al cierre de esta edición, Miguel De Godoy, uno de los voceros de Macri, se comunicó por teléfono con uno de los delegados para expresarle que aceptaban la propuesta de dar marcha atrás con los despidos y abrir los tres meses de pruebas para los trabajadores cuestionados. Con este principio de acuerdo, por ahora de palabra, los trabajadores dejaron sin efecto la conferencia de prensa a la que habían convocado para hoy al mediodía en el hall del C. C. San Martín. “Al abrirse una vía de negociación, decidimos darle cabida al diálogo”, subrayó Balado.
En estado de asamblea y emergencia desde entonces, los trabajadores del canal consideran que la no renovación de los contratos es un despido masivo encubierto. “Nosotros consideramos despidos a la no renovación de estos contratos, porque todos los contratados tienen relación laboral con el canal. Es decir, cumplen horarios y objetivos, tienen jefe y todos –excepto uno– hace más de un año que trabajan para el canal. Por tanto, para nosotros son trabajadores despedidos y no contratos no renovados. Además pedimos que se nos informe qué iba a ser de estos contratos hace ya más de un mes. No sólo no recibimos respuesta, sino que se informa a los contratados la falta de renovación a una semana del vencimiento y sin justificativos válidos, lo que hace a la cuestión mucho más inhumana”, puntualiza Balado.
La no renovación de los contratados, que representa a un tercio de la planta total de trabajadores de producción artística, no es el único motivo por el cual CA parece mantenerse al aire para no generar ruido mediático. Los problemas del personal y de las condiciones de trabajo se complementan con el vaciamiento de la señal que los trabajadores denuncian desde hace años. El deterioro de la calidad artística del canal que históricamente fue un espacio interesante para la experimentación y búsqueda de nuevos lenguajes televisivos se puso en evidencia, dicen, desde que el PRO asumió la Jefatura de Gobierno. Dejar al aire un canal con escaso equipamiento y presupuesto, argumentan los trabajadores, es casi lo mismo que cerrarlo.
“El canal –cuenta Balado–, más allá de las particularidades de cada director que estuvo a cargo antes de Macri, siempre tuvo un proyecto, una identidad y crecimiento: más personal, más equipos, mejores condiciones de trabajo. Con esta administración nunca hemos tenido un proyecto claro, ni se ha invertido en tecnología, ni hemos tenido buena comunicación. El canal no tiene norte, se pasó de un canal claramente cultural y de servicios a uno de actos de gobierno y spots de Macri.” Al consultarlo sobre la significación simbólica de estos despidos, Balado dice que se trata de una estrategia política y artística, ya que no le parece casual que la medida se haya tomado en el contexto en el que el PRO acaba de asumir un nuevo período de gobierno con el 65 por ciento de los votos, sumado a la vidriera que para la señal va a significar la adjudicación de la licencia en la frecuencia 20 de la Televisión Digital Abierta. “La interpretación que hago es que es un castigo a la Dirección Artística nombrada por el secretario anterior, Nicolás Richat, realizador audiovisual formado en el canal. También se lee como un castigo a los delegados (echaron a Bilotte y a mí me bajaron de realizador a productor de agenda). Y se puede leer como una ‘limpieza’ para llevar adelante con menores costos la creación de la carrera en el canal que pactamos a principio de año con Recursos Humanos”, enumera.
–¿Cree que el objetivo final de la gestión PRO es cerrar el canal?
–No lo creo, pero todo es tan confuso que podría ser. Para mí, lo más probable es que quieran “limpiar” el canal para arrancar de cero con un proyecto nuevo y evitar el “contagio” de los nuevos contratados.
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