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En un verano con una sensación térmica que araña (promedio) los 36 grados por día, la única vía de escape a la intensidad de los rayos UV pareciera ser la reclusión en esas cajas de 40 o 50 metros cuadrados devenidas hábitat de la cálida jungla de cemento porteña. Abandonar el cautiverio y someterse a la desprotección del aire acondicionado quizá sean las opciones menos atractivas para aquellos que se quedaron en la ciudad de Buenos Aires. Para aquellos reacios a salir de casa, el Buenos Aires Polo Circo (en Juan de Garay y Combate de los Pozos) levantó el telón con tres espectáculos que, hasta el 17 de febrero, tendrán funciones viernes, sábados y domingos, desde las 16, para toda la familia y con entrada libre y gratuita.

La arena del Polo Circo, reducto que desde 2008 funciona como espacio de entrenamiento y difusión de las artes circenses, pondrá en cartel Ludus, La pista tango y Circo en pista . Se trata de shows que combinan música, dibujo, baile, juegos y desafíos con ingeniosas peripecias y de-sopilantes trucos.

“Ludus es un espectáculo para niños que busca recuperar los juegos de antes, de cuando éramos chicos, como saltar la soga, o los juegos con pelotas. La idea es salir un poco de la tecnología e incentivar la capacidad de soñar”, cuenta a Página/12 Camila González, una de las trece artistas que interpretan esta obra con funciones viernes, sábados y domingos, a las 18, en la Carpa Combate. Desbordes de energía, destreza y humor se conjugan en una historia donde un grupo de niños (¿o adultos?) emprenden un viaje en el que el juego físico se presta al descubrimiento de desafíos y posibilidades, éxitos y frustraciones.

De impronta marcadamente porteña, La pista tango lleva a escena a casi 20 artistas, entre malabaristas, contorsionistas, músicos en vivo, un dibujante y un presentador. El espectáculo fusiona la estética tanguera con el universo circense y la ilustración. La interacción de disciplinas se mezcla con sonidos rioplatenses en un show en el que los malabares con sombreros y espadas hacen al ritmo del dos por cuatro. “Los nuestros son números de circo con una idea medio tanguera. Los chicos se vinculan al tango, al que quizá de otra forma no llegan tanto. Les encanta y la pasan muy bien”, define Leandro Guerstein, malabarista de este espectáculo que ya se presentó en Colombia y el próximo mes viajará a Canadá. Se puede ver viernes, sábados y domingos, a las 20.30, en la Carpa Garay.

Completa el trío Circo en pista, la obra que sábados y domingos, a las 16, demuestra en la arena que la inocencia de los sueños se puede traducir al lenguaje de la acrobacia. Una niña, un cuento, un mono, entre otros personajes, completan el cuadro de un show apoyado en la destreza corporal y el riesgo de la acrobacia.

¿Por qué acercarse al circo? A estos artistas les sobran motivos: “Los chicos se van saltando, haciendo medialunas, queriendo treparse. Los grandes también se van con mucha energía, que es lo que ven sobre la pista y arriba del escenario. Incentivamos las ganas de salir y estar al aire libre, no estar tanto adentro”, justifica la artista de Ludus. Para Guerstein, las razones del interés por este tipo de espectáculos no varían de las bocetadas por su colega: “El circo es atractivo, es como un juego en el que el público se engancha. Se va con ganas de ver más y con la sensación de que pueden hacer lo que nosotros hacemos, que no es tan difícil. Está bueno que lo intenten y puedan probar”.

Aunque el triplete de espectáculos tiene entrada libre y gratuita, los organizadores recomiendan retirar las entradas en el Polo un rato de antes de las funciones, ya que para respetar las medidas de seguridad que exigen las obras se intenta no exceder el límite de espectadores previsto en cada carpa y tribuna.

Informe: Daniela Rovina.