El programa y sus protagonistas son todo un sello de Pakapaka, la señal infantil del Ministerio de Educación de la Nación, y este sello capaz de sumar calidad, contenidos educativos, promoción de la lectura y mucho humor ha llegado también al teatro. Emiliano Larea y Sol Canesa son los protagonistas de Feria de variedades, tanto en la tele como en el teatro. Le ponen el cuerpo a Juan Laguna Sinpatos y Frida, dos artistas itinerantes que recorren el mundo con trucos que no siempre salen bien o están del todo ensayados. A partir de este formato, la historia que proponen en el teatro abre una invitación especial a la magia que es capaz de propiciar la lectura, a todos los mundos por los que puede llevar a viajar un libro. Y tiene una virtud extra que los papis y las mamis agradecen: es capaz de concitar también el interés y la risa del público adulto. Durante todo marzo, en el bello auditorio de la Uocra (Rawson 42), con entrada a sólo cuatro pesos y con regalos de pochoclos y globos a la salida, los domingos a las 15 es el turno de Feria de variedades en el teatro.

En la tele, Feria de variedades va ya por su quinta temporada, y es uno de los programas más antiguos del canal Pakapaka: existe desde aun antes de que existiese la señal, cuando sólo era una franja infantil dentro del canal Encuentro. Llevado al teatro, el programa mantiene no sólo sus actores, su guionista y su cuidada escenografía. “Quisimos hacer algo que tuviera que ver con los valores de Pakapaka, con la idea ‘del poder de la imaginción’, el compañerismo, el valor de la lectura”, cuenta Emiliano Larea. “Pusimos a jugar personajes desde esa idea, y el resultado es una obra de mucho gag, mucho humor físico, con contenido y con el desafío de que ese contenido sea atractivo para chicos y grandes, que se pueda compartir en familia. Creo que cumplimos con ese desafío, me doy cuenta cuando escucho la carcajada adulta tan fuerte como la de los chicos. Es muy lindo poder encontrar esos códigos comunes para hacer reír a todos.”

“Con esta obra ya viajamos mucho por el Gran Buenos Aires y el interior del país, la llevamos a lugares muy distintos: está hecha para caer en una plaza, un teatro o un patio de escuela”, destaca Sol Canesa. “Para nosotros hay algo que es muy gratificante: hemos podido hacerla en poblados muy chiquitos, comunidades muy pobres, lugares donde nunca llega nada. Y, para muchos chicos, ésta ha sido la primera obra de teatro que vieron en su vida. Para muchos otros, es la posibilidad de ver teatro gratis, con una escenografia muy bella, vestuarios bien realizados, buen sonido, buenas luces. Y en una sala tan linda como la del auditorio Uocra, seguro que va a funcionar muy bien.”

“¿Cómo saliste de la tele y ahora estás acá?”, “qué, ¿después vas a volver a la tele?”, “¿y vos sos Juan Laguna toda la vida?” son algunas de las preguntas que reciben Canesa y Larea una vez rota esa cuarta pared del teatro, en una obra que tiene mucho de participación e interacción con el público. Cuestiones que la magia del teatro es capaz de poner en juego.