A las hermanas Szperling les fascina un triángulo amoroso: el que componen música, danza y video, que se relacionan entre sí de las más diversas formas. En el espectáculo que presentarán en dos únicas funciones el viernes 4 y el 11 de julio en la Alianza Francesa (Córdoba 946) a las 20.30, habrá música en vivo combinada con proyecciones de video, músicos y bailarines actuando al unísono y, finalmente, dos videos-danza, género que desde hace tiempo demostró ser mucho más que danza filmada. En realidad, los cortos Speedmaster y Chámame serán las estrellas de la noche y, según anticipan Susana y Silvina Szperling, “son obras en sí mismas que seguramente transitarán de forma independiente en los circuitos cinematográficos”. Sin embargo, esta vez se presentarán en un mismo show performático: “Es una prueba, vamos a ver si funcionan juntos, con momentos de danza escénica y música en vivo, como una obra”, anticipa Susana.

Ambos videos-danza son estrenos, pero paradójicamente ya han pasado de alguna forma por la cartelera porteña. Speedmaster, dirigido por Robert Bonomo, fue el producto de un intercambio artístico entre la compañía SZ de Susana Szperling y la de Augusto Cuvilas, el recientemente fallecido coreógrafo de Mozambique (fue el director del Ballet Nacional y del Festival de Danza Contemporánea de ese país). El resultado de la residencia de Cuvilas en Argentina durante 2007 fue una obra escénica con bailarinas y dos videos-danza realizados juntamente con Susana Szperling, entre ellos el work in progress de Speedmaster, presentado en la Alianza Francesa el año pasado, que ahora finalmente se estrena, en una versión más larga y ajustada. Mientras tanto, Chámame fue la pieza coreográfica que Susana creó para el Centro Cultural Rojas cuando en 2006 fue convocada por Alejandro Cervera para participar del ciclo “Y se va la segunda”, cuya premisa era crear obras que fusionaran la danza contemporánea y el folklore nacional. Junto a su hermana Silvina, directora del Festival de Videodanza de Buenos Aires, Susana convirtió a Chámame en un film basado en un monólogo de la obra original, que es lo que ahora se estrena.

Más allá de que los dos videos fueron concebidos de manera independiente, ambos se vinculan, no por sus parecidos o coincidencias, sino por trabajar con temáticas antagónicas. Speedmaster puede ser entendido como una versión contemporánea de Tiempos Modernos de Chaplin: una mirada coreográfica del ritmo natural de la máquina en movimiento y de las acciones mecánicas de los operarios de fábrica. Filmado en una imprenta, este corto representa el mundo de la urbe y su tempo dictado por la máquina; en él, dos bailarines se infiltrarán para alterar el orden cotidiano. En el polo opuesto está Chámame, historia de una correntina que “se dejó llevar por la corriente” para vivir las aventuras más extravagantes y fantásticas, inspiradas en la exuberancia de la vegetación del Litoral. “Mi mamá es de Corrientes y todos los años, en invierno o en verano, íbamos para allá. Entonces, inventé situaciones con elementos que recordaba de esos viajes: el río, los camalotes, la reina de la comparsa, la competencia de nado de Chaco a Corrientes de la que participaba mi tía y tantas otras imágenes y cuentos locales”, relata Susana. “El resultado es bastante inverosímil y muy cómico. La protagonista cuenta que desapareció por cinco días porque se subió a un camalote y se la llevó el río, que casi se ahoga, que nadó perrito, pechito, mariposa, pero que ningún animal le servía.” Este personaje, interpretado por la misma Susana, “es entre inocente y picaresco”, añade Silvina. “La picardía es un componente muy folklórico. Recuerdo que en nuestras visitas a Corrientes siempre aparecía ese elemento erótico y picante: en los chistes que ahí se contaban, en cómo te miraban los tipos... Todo era producto de ese ambiente caliente y tropical, acá asociado con Brasil, que tiene una carga sensual muy fuerte.”

Con humor y sensualidad, Chámame discurre entre el realismo mágico y la leyenda popular, entre la fantasía y lo absurdo. El de-safío, según sus creadoras, era convertir este monólogo escénico, vinculado al storytelling, en un corto que permitiera narrar la anécdota no sólo con la palabra sino también con imágenes. “Tuvimos que trabajar para adaptar el texto original, ya que el video permite mostrar un montón de situaciones que antes aparecían sólo a partir de la narración. La versión escénica y el videodanza son obras completamente distintas porque el lenguaje escénico es distinto al del videodanza, como el del cine es distinto al del teatro”, explica Silvina.

Entre la proyección de Speedmaster y la de Chámame tendrán lugar una serie de números performáticos que permitirán una fluida transición entre el mundo de la máquina y el de la naturaleza: Alejandro Franov, el compositor de la música de ambos videos, interpretará un tema al que Mariano Ramis, el realizador de la animación en Chámame, le añadirá imágenes digitales proyectadas. Luego podrán verse una serie de solos bailados, reelaboraciones que Susana Szperling realizó de la versión escénica de su obra. De a poco la música electrónica dará paso al folklore hasta que la pieza multimedia culminará con el video de las hermanas Szperling. “Es una obra compuesta por módulos”, explica Silvina. “Va ser entretenido porque no es el típico espectáculo que tiene un desarrollo lineal, sino que es una experiencia más parecida a la de ir a escuchar música: todo el tiempo te sorprende porque va mutando.”