Hoy el Ballet Estable del Teatro Colón volverá a bailar. Pero no lo hará en el Colón sino en el Teatro Cervantes y la función no es el fruto de la solución de los conflictos, sino todo lo contrario: un original medio de protesta frente a la actitud de las autoridades ante sus reclamos. Y es que la dirección del teatro, cuando los integrantes del Ballet exigieron una solución a la inadecuación del piso del escenario y salas de ensayo, se limitó a cancelar lo que quedaba de la temporada de este año. “Para nosotros es un castigo –dice a Página/12 la solista Silvina Perillo, una de las mejores bailarinas argentinas–. Que no nos dejen bailar, para nosotros, que tenemos una carrera muy corta, es el peor castigo. Y nos castigan por querer bailar.”

“Nosotros ya nos dimos cuenta de que el piso no servía, que era demasiado duro, en los ensayos para la función de la reapertura –cuenta Perillo–. Empezó a haber bailarines lesionados casi de inmediato, pero no lo decían porque para la directora de la compañía, Lidia Segni, un bailarín que se lastima es un bailarín conflictivo. Y, si alguien se queja, después no lo incluyen en el elenco de la siguiente obra que se prepare.” El piso del escenario, del que hoy a las 12 habrá una nueva inspección ocular, a cargo de la jueza Elena Liberatori, junto a bailarines y peritos en el tema, fue parte de la millonaria refacción del teatro y la empresa encargada de colocarlo fue Patagonia Flooring, la misma que empleó a Julio Bocca para su publicidad gráfica. Tal vez eso haya tenido que ver con la entusiasta defensa que el ex bailarín realizó del nuevo escenario del Colón. “Se nos dijo que cambiarían el piso, pero eso jamás sucedió”, aclara Perillo.

La función de esta noche a las 21 lleva por nombre “El Colón al Colón” y fue autogestionada por integrantes del Ballet Estable del Teatro Colón, la Orquesta Estable, la Orquesta Filarmónica, del Cuerpo Escenotécnico y del personal del Teatro Colón. “Sin la ayuda de todos ellos y sin la colaboración inmensa del Cervantes y del personal de ese teatro, no podría hacerse”, puntualiza Perillo, que, junto a Miriam Coelho y María Laura Matienzo, coordinó el espectáculo, del que participarán las primeras figuras, solistas e integrantes del cuerpo de baile del Ballet Estable del Teatro Colón, en coreografías de Raúl Candal, Michel Fokine, Rubén Gallardo, Alexander Gorsky, Asaf Mikhailovich Messerer, Gustavo Mollajoli, Marius Petipa (repuesto por Piotr Gusev), Alexander Plissetsky, Laura Roatta y José Zartmann.

–El director del Colón aseguró que se habían analizado varios tipos de pisos para escenario y que el que estaba era el que el Ballet había pedido.

–Creo que hay una confusión. Cuando vimos que el piso no servía pedimos que, como medida transitoria, se colocara el que veníamos usando cuando ensayábamos en el Centro de Exposiciones. Pero esa no era una solución y mucho menos después de la refacción que se hizo en el teatro. Ese piso, además, era un piso de ensayo y se fue rompiendo. Como estaba cubierto por el tapete, estaba lleno de crucecitas que íbamos poniendo para no pisar en las maderas rotas. Si hasta se oía el ruido de las maderas al astillarse cuando saltábamos.

–¿Hubo alguna novedad con el piso desde que se canceló la temporada?

–No que se nos haya informado. Las salas de ensayo están cerradas con candado. De hecho no tenemos actividad en el teatro.

–¿El director del teatro o la directora de la compañía han tenido algún contacto con ustedes en este tiempo? ¿Se han acercado para intentar recomponer la situación?

–No. No hubo ningún contacto. No hay diálogo en absoluto.